La única startup española invertida por el japonés Softbank busca capital en EE UU

  • La compañía negocia con fondos estadounidenses una ampliación de capital para crecer con su herramienta para la analítica de marketing.
Oficinas de Beabloo.
Oficinas de Beabloo.

Es la única ‘startup’ española que tiene entre sus accionistas a compañías satélite del gigante tecnológico japonés Softbank. Y ahora busca entre el capital riesgo estadounidense para incorporar a nuevos accionistas. Beabloo quiere cerrar una nueva ronda millonaria el año en el que pretende alcanzar los 10 millones de euros de ingresos vendiendo sus herramientas para la promoción de contenido y medir la actividad en las tiendas físicas de los grandes de la distribución.

Hoy por hoy, tres empresas del ámbito de Softbank son las dueñas del 44% de la compañía. Consensuado con ellos, la empresa busca inversión en el mercado estadounidense, clave para hacer crecer su negocio. Y ya ha habido contactos para ello.

Una travesía en el desierto

Jaume Portell era el jefe de Tecnología de la hoy cotizada eDreams. En 2006, se planteó emprender. El sector: el marketing online para pequeñas tiendas de proximidad. Aquel año, la agencia online española fue vendida por 153 millones de euros al fondo de capital riesgo TA Associates. Era el momento.

No se lo iban a poner fácil. “Les dije que me tiraba a la piscina para emprender y me pusieron el contrato de mi vida, un contrato bestial… les di la sorpresa”, explica en una entrevista con Lainformacion.com. Se quedó como accionista de Edreams, pero cursó un máster MBA. “Se me ocurrieron 200 ideas que les fui mandando para salvar mi cuenta emocional con el equipo y con la familia Edreams”, explica.

Aprovechaba las noches para programar un prototipo. El primer producto: una herramienta para controlar el contenido de la pantalla para las tiendas enseñando productos, precios, ofertas… Una solución ‘low cost’ centrada, principalmente, en pequeños comerciantes. A partir de ahí, incorporó a otros dos empleados. La primera inversión importante corrió a su cargo y algunos familiares, para posteriormente incorporar a un ‘family office’ vinculado a una empresa de dating.

Del videomarketing a la sensorización

“Pero empezó a llover mucho; entre 2008 y 2009 estábamos en plena crisis y afectó mucho a pequeños comerciantes, mientras que los grandes se estaban apretando el cinturón”, relata Portell. Fue una época “muy complicada”. Decidieron salir fuera para vender la solución en Reino Unido, Turquía o en Medio Oriente.

Su modelo de negocio era sencillo: un servicio de suscripción por el que por 20 euros al mes, el comerciante tenía una solución tecnológica, para aportar contenido a las pantallas y con analítica. Pese a todo, la dura crisis del pequeño comercio les obligó a cambiar el perfil: se reorientaron a gran empresa, para la que desarrollaban tecnología ‘llave en mano’ y no tan estandarizada. Hoy estas generan el 90% de los ingresos.

Actualmente cuenta tres tipos de herramientas en el delicado negocio de la analítica y la sensorización de los puntos de venta. La primera es un sistema de gestión de contenido en la nube para crear catálogos de productos, fotos, vídeos o descripciones. La segunda busca distribuir ese contenido en tienda en las diferentes pantallas. Éstas tienen incluida una pequeña cámara que observa qué hacen los clientes e incluso reconocen las reacciones de los clientes para automatizar el contenido y su distribución. ¿Y el anonimato? “Se hace de forma totalmente anónima, pero con un nivel alto de precisión”, apunta Portell.

La tercera ‘arma’ es la sensorización. Colocan sensores en diferentes puntos de la tienda con los que miden todos los movimientos de los clientes. “Con ello podemos dibujar cómo está siendo la experiencia de cliente en la tienda, cuáles son la zonas calientes”, explica.

Y llegó Softbank

En 2015, la historia de la compañía cambió por completo. Beabloo contaba con una filial en China y estaba dando los primeros pasos. Contactaron con Alibaba, de la que Softbank es un inversor muy destacado. “Un contacto nos sentó con el vicepresidente de Estrategia de Softbank… la reunión duró dos horas y nos invitó a Tokio para presentar lo que hacíamos”, asegura Portell.

Unos meses después estaban estampando la firma en una ampliación de capital de 10 millones de euros a cambio del 44% de la compañía. ¿Quién suscribió? Tsubasa Corporation, cuyo dueño es Softbank, Baozun y Huan Wei pusieron el dinero. Todos ellos, por tanto, de la órbita del gigante japonés de las telecomunicaciones y la tecnología. Era una de las últimas inversiones pequeñas antes de la creación del 'megafondo' de 100.000 millones de dólares con el que ha entrado a lo grande en compañías como Uber.

El fundador asegura los efectos de este aterrizaje en el accionariado: “La más relevante para nosotros es Tsubasa Corporation, que desarrolla los sitios para las grandes marcas internacionales dentro de Tmall [el centro comercial de Alibaba]; nos están ofreciendo contactos con marcas, la apertura de más mercado en China”.

Justo un año después de esta gran operación, la compañía se fusionó con Metriplica, una consultora especializada en analítica web. “Era absurdo que siguiéramos construyendo una plataforma de analítica offline desvinculada del mundo online”, apunta Portell.

A por el crecimiento, con capital estadounidense

Con todo, cerró ese año 2015 con unos ingresos de 3,5 millones de euros, según las cuentas del Registro Mercantil. Las pérdidas se redujeron hasta los 462.000 euros. Son las últimas que hay disponibles. Según el fundador, en 2017 se cerró con 4,8 millones y un Ebitda (resultado bruto) negativo. El crecimiento ha sido muy lento durante estos años de travesía en el desierto.

Sin embargo, ahora prevén una explosión. Para 2018 esperan estar cerca de los 10 millones de euros (tienen un equipo de 80 empleados), gracias a acuerdos de distribución importantes. ¿A qué se debe ese crecimiento? “Los grandes 'retailers' online, los Amazon y Alibaba, se han dado cuenta de que el ecommerce tiene un límite; hemos notado que después de ir predicando por el desierto estos últimos años, el cliente nos llama y nos pide que arranquemos tras el piloto inicial”, apunta.

Ese crecimiento lo quieren llevar a cabo reforzados en el lado del capital. Según Portell, hay interés de fondos de capital riesgo estadounidenses -algunas consultoras han identificado a la empresa como una de las más innovadoras, al igual que Goldman Sachs-. Y ellos quieren crecer en este mercado (hoy el 60% de sus ingresos proceden de firmas con sede principal en España, aunque la tecnología se utilice para tiendas por todo el mundo). Ellos liderarían la inversión. ¿Ha sido consensuado con los accionistas mayoritarios, que diluirían su posición? “Sí, claro”, afirma.

Hasta ahora, la compañía ha vivido una travesía en el desierto. Ahora quiere subirse a la ola. Y hacerlo con capital americano para crecer.

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