Unicaja y Liberbank temen un rapapolvo del BCE tras el desacuerdo para su fusión

  • Desde la antigua caja andaluza harán ver al supervisor que el canje 60-40% que aprobó su consejo era la opción más justa para ambos bancos.
Unicaja y Liberbank confirman que estudian una fusión
Unicaja y Liberbank confirman que estudian una fusión

El Banco Central Europeo (BCE) está contrariado por el desacuerdo que ha tenido lugar entre Unicaja y Liberbank en lo relativo al peso que cada uno de ellos iba a tener en la sociedad resultante de su fusión. Una vez que las negociaciones han saltado por los aires, ambos bancos tienen miedo a la respuesta de Fráncfort, que podría darles un serio correctivo por haber frustrado una operación que el mercado estaba dando prácticamente por hecha, según aseguran fuentes bancarias a La Información.

Y es que el supervisor financiero es el principal valedor de las fusiones bancarias en un escenario en el que la evolución de la economía no permite elevar los tipos de interés, que permanecen desde hace años en mínimos históricos, lo que lastra el negocio bancario y contribuye a deprimir, aún más, los márgenes de las entidades. En este contexto, las entidades tienen que ahorrar costes para elevar su rentabilidad y -como dijo el Banco de España recientemente- las fusiones se presentan como la mejor alternativa para ello.

Por ello, el hecho de que se haya frustrado la única operación que hasta la fecha estaba más o menos encaminada, ha sentado como un jarro de agua fría en el BCE, que podría penalizar a las entidades mediante recargos de capital regulatorio, opción que el propio supervisor no ha dudado en utilizar cuando ha estimado oportuno. Otro de los 'castigos' posibles -y al que hacen referencia los analistas de Alantra en un informe publicado el miércoles- penalizaría directamente a Liberbank.

Los analistas del banco de inversión recuerdan que la entidad asturiana está pendiente de que el BCE valide los modelos de sus hipotecas, un visto bueno que contribuiría a mejorar la posición de solvencia del banco, que está cerca del límite del CET1 de 12% que el supervisor recomienda mantener. "¿Es poco probable que el BCE ayude después de que se haya cancelado la fusión?", se cuestiona Alantra.

Unicaja, en cambio, tiene una posición de capital más holgada. Es más, el banco acaba de recibir el visto bueno del supervisor para implantar un programa de recompra de acciones, lo que es un signo de su sólida posición de solvencia (CET1 superior al 13%). Aún así, desde la antigua caja andaluza no las tienen todas consigo y tratarán de hacer ver al BCE que la ecuación de canje del 60-40% era el trato más justo para ambos bancos teniendo en cuenta sus libros y los de Liberbank, según las fuentes consultadas.

Pese a que en Alantra, como muchos otros, tiene claro que el 'viaje en solitario' de Unicaja será más cómodo que el Liberbank (por lo dicho anteriormente y por tener un mayor margen para implantar ahorros costes y mejorar su dinamismo comercial), en el mercado ya se habla de la otras opciones de integración.

¿Posible vuelta de Abanca?

También se está especulando con la compra de Liberbank por parte de Abanca, aunque algunas fuentes financieras dudan de que esta última entidad vaya a volver a la carga después de dos intentos fallidos. Uno de los 'ataques' tuvo lugar tras el verano 2017, mientras que el más reciente se produjo hace unos pocos meses, cuando el banco gallego planteó a Oceanwood, segundo accionista de Liberbank, ofrecer 56 céntimos por acción. Eso sí, la propuesta estaba sujeta a un proceso de 'due dilligence', por lo que no se realizó ninguna oferta formal.

En este punto, hay quien asegura que el fondo británico ha sido uno de los principales escollos a la operación al haber estado poniendo trabas de forma continua, aunque también los hay que apuntan que las diferencias al respecto del gobierno corporativo en la nueva entidad, en la que Manuel Menéndez aspiró a ser consejero delegado ejecutivo, y la exigencia del Banco Central Europeo (BCE) de que el banco resultante de la fusión reforzase su solvencia mediante una ampliación de capital -lo que amenazaba con diluir a los accionistas de ambos bancos- han jugado un papel clave a la hora de que la operación se haya ido al traste.

Como publicó este medio, las conversaciones respecto a la ecuación de canje se encontraban en un punto muerto durante la semana pasada. Y es que el consejo de administración del banco que preside Manuel Azuaga aprobó en la primera semana de mayo que la operación se realizase con un reparto de capital del 60-40% atendiendo a su mayor tamaño, mientras que el consejo de Liberbank aprobó al comienzo de la semana pasada que la fusión se ejecutase en una proporción del 58-42%. La negociación se encontraba paralizada a todos los efectos desde entonces pese a que la diferencia de dos puntos porcentuales es equivalente a tan solo 55 millones de euros.

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