Computable como capital de Tier 1

Unicaja prepara una megaemisión de 500 millones de deuda para final de año

La entidad andaluza ha iniciado el proceso para acudir al mercado de la mano del despacho Linklaters en lo que será la primera operación de este tipo tras la fusión con Liberbank. 

Unicaja Banco
Unicaja se prepara para emitir deuda por 500 millones para cubrir pérdidas
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Unicaja Banco ha puesto en marcha los mecanismos para solicitar recursos al mercado. La entidad que gestiona Manuel Menéndez desde la absorción de Liberbank el pasado mes de julio ha dado mandato a sus asesores para lanzar una emisión de 500 millones de euros que tendrá por objetivo reforzar los pasivos elegibles para el cumplimiento de MREL, el colchón anticrisis de la banca, según fuentes conocedoras de la operación consultadas por La Información. La emisión se producirá antes de que acabe el año. 

La entidad andaluza no se lanzaba a la búsqueda de recursos por esta vía desde noviembre de 2019. En ese momento colocó 300 millones de euros en deuda subordinada Tier 2 y recibió una sobredemanda de 3,5 veces. El interés mostrado por la base inversora le permitió rebajar el precio por esta emisión que se realizó a un plazo de diez años, hasta noviembre de 2029, con posibilidad de amortización anticipada en el quinto año. Dos años después y tras haberse convertido en el quinto grupo bancario español, Unicaja Banco se embarcará en una nueva emisión, asesorado legalmente por el despacho Linklaters. 

El grupo buscará diversificar sus fuentes de financiación, lo que le permitirá beneficiarse por razones operativas, pero también cumplir con las exigencias de capital adicionales que imponen las autoridades de manera individual para absorber pérdidas en caso de resolución. En virtud del cómputo como pasivos elegibles para el cumplimiento de MREL, que sirve para recapitalizar con deuda a entidades con problemas, estas emisiones pueden llamarse 'bail-inables', desde el momento en que el riesgo es asumido por los acreedores pero también por los accionistas de la entidad emisora.

Unicaja Banco deberá registrar un nuevo folleto, puesto que el último hace referencia a la deuda subordinada colocada en 2019. Aunque hay ciertos riesgos inherentes a este tipo de emisiones que tienen que ver con el propio negocio del grupo y su actividad bancaria, el panorama ha cambiado de forma general. En él se hacía referencia fundamentalmente a la incertidumbre política por Cataluña o el Brexit, si bien desde entonces España se ha sumido en una crisis económica provocada por la expansión del coronavirus. Además, tras arduas conversaciones y en un segundo asalto, la entidad se ha fusionado finalmente con la antigua caja asturiana, Liberbank. 

El banco recibió este año la autorización para el uso de modelos internos en los cálculos de capital para determinadas carteras, tras la presentación en enero de 2020 de su candidatura y un minucioso examen realizado por parte de las autoridades europeas. Esto le permitió presentar una ratio CET1 del 19,2% a cierre del segundo trimestre de 2021, según los últimos datos disponibles. La ratio de capital total se situó en el 21% el pasado mes de junio, si bien los niveles exigidos por el Banco Central Europeo (BCE), incluyendo la aplicación progresiva de colchones de conservación y sistémico, la situaron en el 12,25%. Cabe recordar que el organismo presidido por Christine Lagarde anunció medidas de flexibilidad como consecuencia del Covid-19, que permiten a la banca operar temporalmente con menos capital y utilizar instrumentos clasificados como capital de nivel 1 ordinario para cumplir los requerimientos de Pilar 2.

Con esta decisión, el equipo de deuda del banco se suma a la corriente que está siguiendo la mayoría de entidades financieras españolas y que ha dado lugar a una nueva reactivación en el mercado de emisiones. El sector está aprovechando la era de tipos bajos para apelar recursos a un bajo coste. La política del BCE, que marca el interés de referencia a medio plazo, tiene visos de continuar. Los inversores estiman que no se producirá ningún movimiento hasta bien entrado el año 2023 y, aunque se realice, es probable que sea a un ritmo lento y prudente. 

CaixaBank y Banco Santander han sido los más activos durante este 2021, pero también han decidido aprovecharse de este escenario que les permite abaratar su estructura de financiación BBVA, Banco Sabadell o Bankinter. La banca pequeña no se ha quedado atrás y Abanca y Cajamar han seguido los mismos pasos. Han pedido de forma agregada cerca de 28.000 millones de euros y han realizado una treintena de emisiones en lo que va de año. La mayoría incluso ha puesto etiqueta 'verde' a alguna de sus apelaciones, con lo que habitualmente se recoge un descuento adicional. 

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