Värde y La Finca alargan su 'idilio': no saldrá (al menos) hasta dentro de un año

  • El fondo ha asumido un compromiso de "no venta" de las acciones dentro de los doce meses siguientes al toque de campana de LFGA en el MAB.
Susana García Cereceda, propietaria de La Finca.
Susana García Cereceda, propietaria de La Finca.
La Finca

Värde Partners y la propietaria de La Finca, Susana García-Cereceda, han llegado a un acuerdo para alargar su 'idilio' en La Finca Global Assets, la socimi que reúne los activos de oficinas de la familia y que salía a bolsa este mismo miércoles. Pese a que todo indicaba que el próximo mes de diciembre el fondo vendería su participación en la sociedad, finalmente, no será, al menos, hasta septiembre de 2020 cuando esto ocurra gracias a un acuerdo al que ha llegado Värde con la propia sociedad. 

El fondo cuenta actualmente con un 37,78% de los títulos de esta firma -tras vender una pequeña participación hace unos meses- que había adquirido mediante un contrato en el año 2016, un momento en que a la compañía le vino muy bien la liquidez. En este acuerdo se estipulaba que dicha participación no podría ser vendida en un plazo de tres años, es decir, hasta el próximo 29 de diciembre de 2019. Según diversas fuentes, en estos últimos meses, las muestras de interés por dicha participación se habían incrementado, incluso se llegaron a poner nombres sobre la mesa. 

En cambio, finalmente, Värde, a través de Mansfield, no saldrá del capital de la socimi que capitanea Susana García-Cereceda hasta, al menos, septiembre de 2020, ya que ha alcanzado un "compromiso de no venta" de las acciones dentro de los doce meses siguientes a la incorporación a bolsa de La Finca Global Assets. Es decir, un año a contar desde este mismo miércoles. 

Pero el 'idilio' entre Värde y Susana García-Cereceda viene de lejos. La venta del 39% de la compañía al fondo fue el sello de la 'relación' entre ambas partes. Una operación de poco más de 100 millones de euros con un contrato de venta en el que se estipularon varios acuerdos entre accionistas que salvaguardaban la posición de la mayoritaria, la propia Susana. 

Mediante estos acuerdos, Grupo La Finca posee el derecho de primera oferta, es decir, puede efectuar una propuesta de compra por la participación de Mansfield, o lo que es lo mismo, de Värde. Una vez rechazada, podría sacar a la venta al mercado su participación, pero no hasta entonces. En cambio, este no es el único beneficio que tendría la compañía con respecto a la participación del fondo. 

Si transcurridos diez meses desde el inicio del proceso de venta a mercado el fondo no hubiera podido colocar su participación por un importe superior al 95% del valor de mercado de las acciones de La Finca Global Assets, la compañía encabezada por Susana García-Cereceda, contará con tres meses para comprar la participación a este mismo precio. Pero no se queda ahí. Si el fondo hubiera encontrado un comprador, será Grupo La Finca quien tendrá que aceptar la transacción. Si este no hubiera sido aceptado por la firma, Värde, a través de su socimi, podrá obligar a Grupo La Finca a adquirir su participación al precio ofrecido por el tercero.

Susana García-Cereceda tendrá así control sobre la venta de la participación de Värde en la socimi La Finca Global Assets. Tanto es así que en las cuentas de 2016 de esta sociedad se decía que Mansfield, propiedad del fondo, y Grupo La Finca ejercerían un "control conjunto" de la por aquel entonces nueva sociedad. 

Mansfield saldrá a bolsa, en concreto al Mercado Alternativo Bursátil en el que este miércoles ha sido aceptada, en los próximos días a un precio de 13 euros por acción, lo que supone una valoración de la compañía de 115,4 millones de euros. El único activo de esta socimi es la participación que tiene en el accionariado de La Finca Global Assets que salía a tocar la campana este mismo miércoles a 4,66 euros por título y una valoración de 176 millones. En su primera jornada en el parqué, la compañía subió un tímido 0,86% con apenas un volumen de negociación de 600 títulos. 

Causas pendientes con la justicia

La Fiscalía Anticorrupción acaba de pedir la imputación como persona jurídica de Procisa, la antigua sociedad de la familia García-Cereceda que se escindió en las actuales firmas de La Finca, en el marco de la investigación que sigue la Audiencia Nacional contra el comisario jubilado José Manuel Villarejo. En concreto, se investiga el encargo que efectuó una parte de la familia al comisario ante la guerra familiar abierta por el cobro de la herencia del constructor de la elitista urbanización de Pozuelo de Alarcón.

Estos hechos se investigan en la pieza separada número 3 del caso bautizada como 'Land'. Los investigadores tratan de dilucidar los pagos cercanos a 400.000 euros que ingresó el entramado societario de Villarejo y que tendrían un trasfondo opaco. En esta pieza en la que ahora se pide la imputación como persona jurídica de las sociedades escindidas de Procisa, también se investiga a la máxima accionista, Susana García-Cereceda; Francisco Peñalver, promotor del complejo, y David Fernández, responsable de seguridad, por los delitos de revelación de secretos, cohecho y falsedad documental.

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