Respuesta al Gobierno

La venta de Air Europa entra en barrena ante el pulso de Hidalgo a Calviño

Las negociaciones para reformular la venta de Air Europa se han tensado al máximo con las declaraciones de Juan José Hidalgo. El choque de posturas aboca a SEPI, Iberia y Globalia a darse más tiempo.

Juan José Hidalgo, ya conoce a su nieta Camila
Juan José Hidalgo, presidente de Globalia.

El equilibrio de intereses entre el Gobierno (la SEPI), Iberia y Globalia para desatascar la venta de Air Europa se aleja. Desde que en diciembre se constatara que era imposible cerrar la operación ideada en 2019, las partes han buscado la manera de consensuar un nuevo esquema que agrade a todos los implicados. Pero, pese a marcarse finales de este mes de enero como última fecha para pronunciarse de nuevo, los vaivenes en las negociaciones alejan esa posibilidad. Las declaraciones de Nadia Calviño, Ministra de Economía y vicepresidenta primera del Gobierno, no han sentado nada bien a Juan José Hidalgo, máximo accionista de Globalia, que ha lanzado un órdago y se ha cerrado en banda a que el Gobierno entre como accionista de la mano de Iberia.

Hidalgo ha protagonizado esta semana distintas declaraciones en medios de comunicación en las que el mensaje es el mismo: Air Europa no se troceará entre el Estado e Iberia, dejando a la familia Hidalgo dentro del capital con una posición minoritaria. El enfado tiene todo el sentido, habida cuenta que el fundador del holding turístico se ve perjudicado con dicha fórmula. La entrada del Estado en el capital sumado a la llegada de Iberia como caballero blanco no solo no le permite vender y salir del capital, sino que le deja sin mando en plaza en la compañía que él mismo creó.

La alternativa para Air Europa es seguir en solitario. El empresario salmantino cree que el rendimiento de la aerolínea es cada vez más positivo -en Navidad comunicó una ocupación media del 90% en sus aviones- y los vencimientos derivados de la deuda contraída con la SEPI y con el ICO rescate no llegarán hasta 2024, es decir, en un escenario sin pandemia. A ello se suma el oxígeno de los 75 millones abonados por Iberia al final de 2021 por haber roto el acuerdo y haber dado marcha atrás al planteamiento marcado antes de la crisis del coronavirus. La cantidad abonada por la compañía de IAG ponía fin también a cualquier opción de judicializar el proceso.

Pese al aviso a navegantes del fundador de Globalia, fuentes del proceso apuntan a La Información que las negociaciones todavía continúan y podría haber un acuerdo de última hora. Se mantienen, no obstante, las líneas rojas por parte de Iberia, que sigue empujando para que la operación se consume, siempre y cuando no la obligue a entrar en el capital con una posición que le obligue a consolidar la deuda de la aerolínea en el balance. El motivo: el holding IAG ya se ha endeudado suficiente durante la crisis sanitaria, por lo que entienden que cargar con el pasivo de Air Europa sería excesivo.

En cualquier caso, se entiende que el proceso que se negocia ahora poco o nada tiene que ver con la compra anunciada en 2019, cuando Iberia estaba dispuesta a pagar 1.000 millones de euros e Hidalgo, que ya había recibido otras ofertas tentativas en el pasado por grandes grupos empresariales, estaba dispuesto a despedirse de su aerolínea tras varias décadas al mando. La Comisión Europea, siempre recelosa de la operación, ha entendido que IAG renuncia a hacerse con el 100% de Air Europa, al igual que lo ha hecho la CMA británica en un anuncio reciente

El contexto tampoco invita a cerrar un acuerdo en el corto plazo. Aunque en el comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por parte del grupo de aerolíneas IAG se mencionaba la posibilidad de explorar una alternativa hasta finales de enero de este año, la fecha indicada podría eludirse en pro de un nuevo acuerdo en el futuro. Ahora mismo juegan en contra los problemas operativos derivados por ómicron y el fantasma de una subida del precio del combustible por los problemas geopolíticos entre Rusia y Ucrania.

Más condicionantes

Pese a la voluntad de Air Europa por continuar adelante en solitario, al menos durante algunos meses, las circunstancias que rodean a la aerolínea de Globalia, según las voces, terminarían empujándola inevitablemente a buscar soluciones a corto plazo. Sobre todo, por lo que respecta con la deuda a corto plazo con los lessors (los propietarios de aviones) y otros proveedores como Rolls-Royce. Estos compromisos sí podrían presionar a la empresa, que además tiene en mente que el escudo contra el concurso de acreedores cae el próximo verano

Queda por ver el futuro de los trabajadores, que siguen pendientes de cómo la resolución del proceso puede afectarles. La compañía, de momento, optó por lanzar un mensaje de calma con una carta a la plantilla a finales de año, indicando que los niveles de ocupación registrados estaban siendo buenos. Fuentes de UGT del sector tierra y TCP (tripulación, cabina y pasajeros) indican a este medio que están a la espera de reunirse con la empresa desde que arrancó 2022 para poder actualizar la situación de la compañía.

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