La venta de Zero-E deja 'en suspenso' la comercializadora de electricidad de ACS

  • El grupo que preside Florentino Pérez aparca hasta nuevo aviso sus planes respecto a Eleia en plena venta de sus activos renovables.
Junta de Accionistas de ACS
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ACS - Archivo

La venta acelerada de Zero-E ha provocado que ACS dé un paso atrás en su objetivo de entrar en la comercialización de electricidad y 'deje en suspenso' la puesta en marcha de Eleia, una compañía con la que Florentino Pérez aspiraba a colocarse entre los diez grandes del mercado de la luz en España. La sociedad iba a ser la encargada de gestionar la energía generada por las renovables del grupo, pero el cambio de rumbo respecto a la filial donde se agrupan estos activos ha provocado que se aparque el proyecto hasta nuevo aviso, según fuentes conocedoras.

Los planes iniciales de la multinacional española respecto a Eleia pasaban por plantar cara en el mercado eléctrico a gigantes como Iberdrola, Endesa, Naturgy, EDP o Viesgo en 2025, fecha en la que aspiraba alcanzar alcanzar un total de 100.000 clientes en el mercado residencial, además de 50.000 pymes y al menos cien grandes cuentas. El objetivo de facturación para entonces eran 100.000 millones de euros con 6.500 megavatios de potencia instalada, mientras que para 2019 se esperaba obtener ingresos un poco inferiores a los 100 millones de euros.

La sociedad se lanzó oficialmente a finales de abril, aunque su constitución data de finales de julio de 2018, según consta en el Registro Mercantil. El pasado 17 de junio cambió su denominación a la actual Electricidad Eleia, pero su actividad es limitada. Pese a que mantiene una página web en activo, no da servicio a clientes particulares, mientras que insta a las empresas a rellenar un formulario web para que un comercial se ponga en contacto con ellas más adelante.

La intención de ACS era aprovechar la generación de energía de Zero-E para comercializarla a través de Eleia. La multinacional española barajó sacar a bolsa la primera de estas compañías, pero finalmente optó por la venta de una participación mayoritaria en su capital, proceso para el que se contrató a Société Générale y Goldman Sachs. Tras un nuevo cambio de rumbo, el plan ahora es segmentar la compañía -puesto que las ofertas llegan por paquetes- aprovechando el interés que existe en el mercado por las energías renovables y, de forma particular, por las de generación fotovoltaica.

Venta por trozos de Zero-E

Es más, está previsto que en los próximos días se ejecute la venta de los activos fotovoltaicos que el grupo tiene en España con el objetivo de apuntarse los resultados extraordinarios de la operación antes del cierre contable de este mismo año. Entre los potenciales compradores figuran grandes fondos de inversión internacionales, entre los que destaca el gigante canadiense Brookfield -que ya se quedó con Saeta Yield- y el australiano Mcquarie, mientras que los fondos de pensiones canadienses y la firma americana de capital riesgo KKR no estarían en la puja.

Es precisamente en este contexto en el que ACS ha decidido finalmente dar marcha atrás con respecto a Eleia, que iba a ser la empresa encargada de gestionar la energía de Zero-E, empresa valorada en unos 2.000 millones y que acumula en la actualidad cerca de 1.500 megavatios de potencia, de los que 1.341 corresponde a la capacidad instalada y 140 a activos en construcción. De este total, los activos fotovoltaicos representan 1.100 megavatios (MW), más otros 150 MW de termosolar, 400 MW eólicos y 20 MW de energía hidroeléctrica.

El objetivo estratégico consiste en alcanzar una capacidad instalada de 4.500 megavatios en 2022 y empezar a desarrollar otros 5.200 a partir de 2023, si bien su venta por paquetes desvirtúa todos los planes de la compañía, en cuya venta ACS tratará de cerrar un contrato de prestación de servicios a favor de Cobra para que sea esta filial del grupo la encargada de la operación y el mantenimiento de los activos.

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