Da alas a los 'paraísos'

La victoria de Apple sacude la 'tasa Google' y complica un acuerdo europeo

La decisión del tribunal continental sobre los 13.000 millones de impuestos no abonados da fuerza a los países como Irlanda ante una reforma fiscal para las grandes 'tech'.

Tim Cook (CEO de Apple) en Moncloa con Pedro Sánchez
Tim Cook (CEO de Apple) en Moncloa con Pedro Sánchez.
EFE

Era uno de los casos más paradigmáticos de la pelea de los principales gobiernos europeos contra las grandes tecnológicas y sus reducidas facturas fiscales. Apple se enfrentaba a la primera gran reválida... y ganó. La decisión del Tribunal General de la Unión Europea de tumbar la devolución de más de 13.000 millones de euros de impuestos no abonados por el fabricante del iPhone a Irlanda llega en un momento especialmente delicado para países como España o Francia, que diseñan su propia tasa con la que gravar de manera limitada los servicios digitales ofrecidos por estas compañías. Pero, además, da alas a los mercados con una tributación mucho más baja, lo que hace aún más complejo un acuerdo europeo.

Este miércoles estaba grabado a fuego para Margrethe Vestager. La comisaria de Competencia había depositado muchas esperanzas en este caso, al entender que podía abrir un camino para hacer que las grandes empresas como Apple, Google o Microsoft pagaran más impuestos en el continente tras años construyendo su particular ingeniería fiscal, con la propia Irlanda, Países Bajos o Luxemburgo como los centros de operaciones. Sin embargo, el TGUE ha arrojado un jarro de agua fría al entender que la decisión de la Comisión no estaba suficientemente argumentada. No había pruebas fehacientes de que los llamados 'tax rulings' -acuerdos entre los gobiernos y las grandes multinacionales para reducir la factura fiscal a cambio de inversiones y otros compromisos- firmados con el fabricante del iPhone podían suponer una ayuda ilegal de estado. 

El momento es el peor para los intereses de los países que han sido más beligerantes con esa ingeniería fiscal de los gigantes. Francia ya ha aprobado su 'tasa Google' y tiene previsto aplicarla a finales de año. El Gobierno de Pedro Sánchez ya ha logrado la luz verde en el Congreso de los Diputados a la suya, a la espera del beneplácito en el Senado para que entre en vigor a principios de 2021. Estos pasos adelante se han completado mientras el acuerdo en el seno Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) está en barbecho.

La tasa planteada por España no se ve afectada por esta decisión, pues no ataca a los 'tax rulings' ni a supuestas ayudas de estado sino que grava la actividad que se produce en el país por estas compañías en servicios como la publicidad digital o el 'big data'. Pero sí que deja al Ejecutivo en una situación menos favorable frente a un beligerante gobierno de Donald Trump, que se apunta un tanto y gana fuerza en esta pelea geopolítica. La administración estadounidense ha llegado a decir que la Unión Europea estaba apuntando injustificadamente a las compañías de su país. En el caso español, ya ha avisado de la imposición de aranceles a los productos españoles en caso de que se ponga en marcha sin consenso.

Pero no sólo es un golpe para los países de manera individual, sino para toda la Unión Europea en su conjunto. Ya a principios de 2019 se derrumbó la posibilidad de crear un impuesto europeo, pues Irlanda -hoy victoriosa tras la decisión del TGUE- junto con Dinamarca, Suecia y Finlandia decidieron vetar su aprobación. El ministro de Finanzas irlandésPaschal Donohoe, es el flamante jefe del Eurogrupo después de arrebatarle el puesto 'in extremis' a la española Nadia Calviño. Esta decisión le refuerza en su negativa. El propio Donohoe se felicitó este miércoles: "Irlanda siempre ha tenido claro que no se dio un tratamiento especial a las empresas de Apple (ASI y AOE) y que se cobró la cantidad correcta de impuestos de acuerdo con las normas impositivas irlandesas". 

En esta particular partida de ajedrez, la Comisión Europea había trabajado de manera activa para lograr ese acuerdo paneuropeo con el que gravar a estas compañías. La decisión de Estados Unidos de levantarse de la mesa de negociación el pasado mes de junio que compartía con España, Francia, Italia y Reino Unido para consensuar una tasa fue lamentada por Bruselas, que advirtió de que seguirá adelante con la puesta en marcha de ese nuevo impuesto a nivel comunitario. Sin embargo, esta decisión del tribunal debilita al Ejecutivo.

"El intento de la Comisión de reformar el sistema fiscal internacional a través del litigio ha fracasado. Ellos ahora deberán buscar en otra parte", aseguraba el socio fiscal de Clifford Chance Dan Neidle, a la CNBC estadounidense. Más optimista se muestra Alfonso Lamadrid, abogado de competencia de Garrigues en declaraciones al medio Politico: "Los tribunales se inclinan a respaldar el enfoque de la Comisión en cuanto a los principios, pero están exigiendo que la Comisión haga un trabajo más exhaustivo en su evaluación de todas las circunstancias relevantes cuando lleva la carga de la prueba".

Dentro de la Comisión, Vestager es la gran derrotada. Había convertido el caso de Apple en su gran arma en esta pelea fiscal. Aunque queda margen para recurrir, sale damnificada. Y lo hace, además, en un momento en el que su (otrora enorme) poder se ha visto en parte dañado por la presión de las grandes potencias europeas, con Francia y Alemania a la cabeza, para reconducir las normas de la competencia en el continente tratando de potenciar la creación de 'campeones europeos'. En este sentido, la decisión del TJUE de anular su bloqueo de la venta de O2 (Telefónica) a Hutchison en 2015 también afecta.

El de este miércoles es un acontecimiento más dentro de la partida de ajedrez global por los impuestos de las grandes multinacionales digitales. Tras años de debate, la decisión judicial en la UE es un contratiempo para los países que quieren elevar la tributación de estas compañías. Pero aún restan movimientos en la partida.

Mostrar comentarios