Gana terreno la española Zeleros

Virgin da un paso atrás con el Hyperloop en España al no recibir ayudas públicas

El CDTI asegura que no ha habido ninguna petición formal, mientras que Adif sigue a la espera de la compañía para ver qué hace con sus naves en Antequera.

Hyperloop
La compañía asegura que no ha tenido ayudas públicas concedidas.
Virgin

Este verano se cumplen dos años de un convenio por el que la estadounidense Virgin Hyperloop One se comprometía a invertir 430 millones de euros en un centro de pruebas para su tren ultrarrápido en Málaga. Todo este tiempo después, la compañía deja en 'vía muerta' el proyecto. Y lo justifica en la ausencia de dinero público: "No se nos han concedido ayudas públicas". El CDTI, organismo público con el que mantuvo conversaciones previas en el pasado, confirma que no ha habido ningún tipo de petición formal. La realidad es que tanto las vías del 'AVE fantasma' andaluz como las naves de Adif se encuentran sin uso. Todos estos movimientos se enmarcan en una batalla global entre un puñado de compañías para desarrollar un primer modelo comercial con esta tecnología y en la que la española Zeleros, apoyada por Juan Roig y grandes firmas como Altran o Red Eléctrica, gana posiciones.

Todo arranca en los primeros meses de 2018. Virgin pone sus ojos en España. Ya tiene un centro de pruebas en Nevada (Las Vegas), en el que trabajar para poner a punto esta nueva tecnología planteada por Elon Musk en 2013 y que permitiría disparar la velocidad de los 'trenes' por encima de los 1.000 kilómetros por hora. Por ello inicia una negociación con el Ministerio de Fomento, avanzada por La Información, que cristaliza en un convenio de colaboración, por el que la empresa estadounidense se comprometía a invertir 430 millones de euros, pero con una condición: 126 millones en ayudas públicas, tanto nacionales como europeas. El plan era tener lista toda la infraestructura a lo largo de este año 2020. Pero nada de eso ha sucedido.

Mientras ese año 2018 sí que hubo más movimientos por parte de la empresa, con negociaciones con el CDTI y otros organismos públicos para asegurarse esas ayudas públicas, todo se frenó en 2019. La empresa estadounidense asegura que sí que se mantuvieron algunos contactos. Pero no hubo ningún avance. Incluso tuvo lugar algún contratiempo, como el de hace ahora justo un año cuando Adif decidió ocupar con el tren de Media Distancia entre Sevilla y Málaga parte de las vías del tramo que iba a servir como base para el campo de pruebas, después de unas fuertes inundaciones que dejó inservible el tramo original. En ese tiempo, varios directivos celebraron encuentros con el Ayuntamiento de Antequera, en los que admitieron "algunas dificultades", especialmente en el lado de las ayudas públicas.

Ahora, el abandono 'de facto' es prácticamente total. La multinacional no se ha vuelto a poner en contacto con ninguna de las administraciones. Y no ha habido ningún progreso. Un portavoz oficial de la compañía confirma a La Información: "Para ser claros, no se nos han concedido ayudas públicas". Estas debían llegar, en principio, de manos del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI, dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, y de la Unión Europea. ¿Esto significa que cierra la puerta a su aterrizaje de manera definitiva? Evita responder y guarda silencio.

Esta versión choca claramente con la posición que defiende el CDTI. Un portavoz oficial asegura a este medio que no ha habido ninguna solicitud, ni comunicación, ni contacto por parte de la empresa. "No ha ocurrido nada con respecto a este proyecto en ningún ámbito", asegura, a la pregunta de si se ha solicitado formalmente la ayuda pública a través de los diferentes programas de apoyo a I+D. Este organismo sí que estuvo en conversación con la empresa en los primeros pasos para tratar de guiarle con las diferentes convocatorias a las que podía aplicar. Para poder aspirar a ellas debía contar con una sociedad local. Y eso tampoco ha sucedido. Sólo existe, desde finales de 2017, la firma Iberian Hyperloop Infrastructures SL, entre cuyos dos administradores se encuentra Luis González, asesor de la estadounidense en España.

Mientras tanto, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) sigue a la espera de que la compañía dé señales de vida. Según confirman fuentes oficiales no ha habido ningún tipo de contacto al menos durante el último año. Y, en el caso de la entidad pública dependiente del Ministerio de Fomento, estos avances eran condición indispensable para poner a punto las naves de 19.000 metros cuadrados que el gestor posee en Antequera. Es decir, no se iba a avanzar ninguna inversión para implantar la infraestructura energética y de agua y adecuar las instalaciones si antes no se estampaba la firma con los estadounidenses en un contrato donde quedara bien claras las obligaciones de cada uno.

Por su parte, la ciudad de Antequera sigue pendiente de esta inversión. No la da por perdida, pero ya empiezan a ver otras alternativas. Desde el Consistorio de la ciudad malagueña habían vendido esta infraestructura como una de las grandes inversiones para la zona, con la creación de más de 250 puestos de trabajo de alta cualificación. Su alcalde, Manuel Barón (PP), sí que aseguró en una entrevista hace siete meses, en diciembre de 2019, al diario local Málaga Hoy: "Ellos están haciendo sus cálculos y están pendientes de ver cómo está la situación (...). Yo no creo que Virgin y los estadounidenses estén muy decididos a invertir en España si tenemos un Gobierno populista".

Una pelea con acento español

Pero más allá de enfrentamientos políticos entre los gobiernos local y nacional, la realidad es que esta batalla se está librando a escala global. En estos dos años, Virgin Hyperloop One ha comprometido una 'megarronda' de 225 millones de dólares de inversores privados y también ha puesto los ojos en otros lugares para las pruebas, como es el caso de India donde en el mismo año 2019 hicieron público un compromiso para poner en marcha otro centro que supondría una inversión de 70.000 millones de rupias (830 millones de euros al cambio actual). Pero además otros rivales en la carrera por tener un modelo comercial de este tren 'ultrasónico' le han tomado la delantera en Europa.

Uno de los competidores más fuertes es Hardt Hyperloop, con sede en Holanda. Ha levantado una ronda importante -cuya cuantía no se hizo pública- de un consorcio de energía renovable de aquel país y de algunos fondos de inversión. Y a finales de 2019 anunció la creación de un centro europeo con una pista de prueba en Groningen (Alemania), que estará a pleno rendimiento en el año 2022. En esta pelea también se encuentra la española Zeleros Hyperloop, que acaba de levantar 7 millones de euros en una operación respaldada por algunas grandes compañías como Red Eléctrica o Altran y fondos de inversión internacionales como Goldacre Ventures y Road Ventures. A la ampliación también se sumó Angels Capital, el brazo inversor del presidente de Mercadona, Juan Roig. Entre sus objetivos será crear otro centro en Valencia, con una vía de 3 kilómetros para las diferentes pruebas

La carrera por lograr un primer modelo comercial de este revolucionario -y complejo- sistema de transporte ultrarrápido se acelera. Y el gigante Virgin da un paso atrás claro en su inversión en España para tener su primer centro de pruebas fuera de las fronteras estadounidenses. Mientras tanto, sus rivales, también españoles, siguen ganando posiciones en el campo de juego europeo.

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