La batalla por rebajar la factura fiscal la mantienen viva las operadoras de telecomunicaciones desde hace años. Y Vodafone España confía en que las devoluciones fiscales que ya han recibido y que vendrán en el futuro cercano alivien unas cuentas especialmente tensionadas durante los últimos meses. La compañía dirigida en el país por Colman Deegan hasta finales del mes de marzo recibió en noviembre una nueva sentencia favorable de la Audiencia Nacional sobre el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) que se suma a la que obtuvo del Tribunal Supremo en el verano y que permitió mejorar las cifras de rentabilidad (Ebitda).
La consejera delegada interina, Margherita Della Valle, fue preguntada por los analistas sobre las palancas para mantener niveles previstos de resultado bruto de explotación en el grupo en el rango de los 15.000 millones de euros. La ejecutiva insistió en que durante el primer semestre del año fiscal, que va de abril a septiembre, obtuvieron en España algunos "beneficios fiscales que han continuado en la segunda mitad, por lo que hubo un poco más de apoyo de lo que esperábamos originalmente".
Entre esas devoluciones fiscales que ya se produjeron en la primera parte de su ejercicio fiscal destaca la que logró en julio, tras la sentencia favorable del Tribunal Supremo (TS) sobre el IAE. El tribunal entendía que la figura fiscal incumplía la Directiva Europea de Redes y Servicios de Comunicaciones Electrónicas. Y anuló una liquidación de 30 millones de euros a la teleco británica, marcando jurisprudencia también para el resto del sector. Obligó a Hacienda a devolver ese dinero -junto con todos los intereses de demora acumulados desde la fecha de resolución- a las arcas de la compañía. Este movimiento de la Sala de lo Contencioso llevó a la Audiencia Nacional a cambiar criterio. En el mes de noviembre emitió una nueva sentencia asumiendo el criterio de los magistrados del Alto Tribunal. Eran otros 25 millones de cuota.
No es la única batalla que ha ganado tanto la operadora como el resto del sector y en la que los británicos también buscan algo de oxígeno. Se trata del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que se cobraba a las operadoras en base a las concesiones públicas del espectro radioeléctrico. A mediados de año se dio la razón a la propia Vodafone y se marcó jurisprudencia. Se espera que vayan emitiéndose sentencias próximamente que 'tumben' liquidaciones de las comunidades autónomas, aunque en este caso no se trata de cantidades especialmente relevantes. De hecho, el último pronunciamiento del TS, que tuvo lugar hace dos meses, sobre este caso hablaba de una liquidación de apenas 42.000 euros correspondiente a la Comunidad de Madrid.
Estas devoluciones fiscales mejoran la generación de caja. Le ha sucedido a Telefónica en las dos, con cantidades históricas, que ha recibido en los dos últimos años. En el caso de la dueña de Movistar, buena parte del dinero recibido -y abonado en su día antes de iniciar el litigio en los tribunales- fue para reducir deuda. En Vodafone, según explicó ante los analistas Della Valle, este factor en España está compensando a nivel de Ebitda otros problemas a nivel internacional como el "rendimiento decepcionante" del otrora pujante negocio alemán o el segundo recorte de valoración de la división egipcia.
La devolución fiscal del IAE del pasado trimestre mantener estable el resultado bruto (Ebitda) de la división española, gracias también a las eficiencias en los costes, tanto en procesos internos y en el área de distribución. Según sus propios datos, el fuerte descenso de los ingresos durante el periodo entre abril y septiembre no impidió estabilizar resultado en los 445 millones de euros.
Cifras en rojo
Aún no hay datos actualizados de esa rentabilidad bruta durante el último trimestre del año natural, tercero de su ejercicio fiscal, y en el que habría recibido esos otros 25 millones del IAE en la Audiencia. La compañía aporta estos datos con una periodicidad semestral. En los primeros tres meses del año, los ingresos en España sufrieron una caída superior a los de los periodos anteriores. Las ventas por servicios (las que se basan en productos 'tradicionales' de conectividad más allá de dispositivos y reventa de la red en mayorista) se redujeron un 8,7% hasta los 858 millones de euros. El volumen de negocio total, incluyendo todos los capítulos, cayó casi un 10%.
Entre las razones esgrimidas por la empresa para justificar este empeoramiento del negocio español destacaban la "agresividad comercial" en el mercado y una pérdida en la base de clientes. Mientras tratan de recuperar el pulso comercial y de recortar la caída, la compañía analiza todas las posibilidades para España. Della Valle insistió ante los analistas que no ha cambiado nada respecto a su estrategia de consolidación y que tiene todas las opciones abiertas en su portfolio de activos. En el mercado se manejan dos potenciales opciones corporativas: la venta de la filial a inversores financieros o la desinversión de la red fija de cable, para la que ya contrató a Evercore meses atrás.
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