Primeros movimientos

Vodafone cita a su plantilla para cerrar un 'plan de regreso' a la espera del Gobierno

  • Convoca al comité para consensuar un programa de contingencia para la vuelta a la normalidad cuyos plazos podrían alargarse hasta 6 meses.
Antonio Coimbra ha apostado por el 'low cost'.
Antonio Coimbra ha apostado por el 'low cost'.
EFE

Vodafone quiere tener los deberes hechos. La operadora ha citado a un encuentro a los representantes de los trabajadores con el fin de consensuar un plan de contingencia para el regreso progresivo de la plantilla que hoy está teletrabajando por la crisis de la pandemia del coronavirus. El objetivo es plantear las líneas maestras de ese planteamiento, a la espera de que el Gobierno delimite cómo será la 'descongelación' de la economía en las próximas semanas.

En la compañía dirigida por Antonio Coimbra llevan días trabajando en cómo volverán progresivamente a la normalidad. Varias decenas de empleados y directivos se han empleado a fondo para llevar a cabo un primer borrador de 'hoja de ruta'. En ella, según confirman fuentes sindicales y lo corroboran desde la empresa, se han plasmado los diferentes escenarios previstos -más o menos rápidos- de regreso de los equipos. ¿Los plazos? Se plantean, en la previsión más conservadora, hasta seis meses de periodo para tener al 100% de la plantilla trabajando a pleno rendimiento en cada una de sus sedes.

El objetivo final es tener todo preparado antes de que el Gobierno ponga en marcha esa 'descongelación'. Lo que sí que aseguran fuentes oficiales de la compañía es que, en todo caso, el regreso será bastante progresivo. Se tendrán en cuenta las indicaciones del Ejecutivo sobre distancias de seguridad mínimas en los edificios corporativos -que podrían implicar la aplicación de diferentes turnos para evitar aglomeraciones-, cuáles serán las áreas económicas prioritarias o cómo se protegerá a las plantillas con tests o mascarillas (y, por consiguiente, cómo se podrá acceder a ese material). Sólo en la sede principal, ubicada en el madrileño barrio de Alameda de Osuna, trabajan más de 2.200 empleados.

Todo el plan está, por tanto, diseñado para adaptarse a las medidas del Gobierno. El presidente, Pedro Sánchez, aseguró el pasado fin de semana que sólo se ha puesto fin a la 'hibernación' (algunas actividades económicas no esenciales como la construcción o la industria revivieron este pasado lunes) pero la relajación del confinamiento "no llegará al menos hasta dentro de dos semanas". Es decir, como mínimo, no habrá una reducción de las restricciones a la actividad económica y una vuelta al trabajo para plantillas que hoy están cumpliendo con sus tareas desde casa hasta el próximo 27 de abril.

Sea como sea, Vodafone quiere consensuar todo con los sindicatos. Y por eso, según confirman tanto desde la empresa como de fuentes sindicales, el comité de empresa -conformado por UGT, STC y CCOO- había sido citado este jueves a una reunión en la que se presentarán estas primeras líneas maestras. Finalmente, se dejó en suspenso por motivos de agenda y se espera fijar el encuentro este viernes o en los próximos días. "Es una primera toma de contacto", apuntan desde la empresa. El fin último de la dirección de la teleco, con Antonio Coimbra al frente, es tratar de acordar todas las medidas con la plantilla para evitar ningún tipo de enfrentamiento. "Tiene que ser escalonado y hay que analizar la manera más segura de devolver equipo a equipo a la 'normalidad'", apuntan desde el comité.

Hoy hay que tener en cuenta que la inmensa mayoría de los algo más de 4.000 empleados de la plantilla de Vodafone España están trabajando desde sus casas. No sólo el área comercial, sino también finanzas, tecnología... Sólo una parte pequeña del equipo de ventas está movilizado en las tiendas propias (tiene 3 en Madrid, 2 en Barcelona y una en Sevilla y Valencia), abiertas para posibles incidencias técnicas y no para la distribución de productos, y también un retén para las posibles incidencias en la red. Ese trabajo a distancia fue puesto a prueba el viernes 4 de marzo, justo antes de la semana clave en la que se decidió el confinamiento de la población. 

No sólo se ha quedado bajo mínimos la sede central de la operadora, sino que también se suspendió, tal y como avanzó La Información, la negociación del convenio colectivo. Justo antes de que se decretara el estado de alarma, a mediados del mes de marzo, tanto sindicatos como dirección acordaron frenar de manera indefinida esas conversaciones ante el avance del coronavirus y la dificultad para mantener encuentros periódicos por las potenciales restricciones. En los dos primeros encuentros celebrados en las semanas previas, ambas partes constataron la distancia que les separa: la plantilla exige que haya subidas salariales por encima del 1% después de haber superado el tercer Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en nueve años.

Telecos como servicio esencial

Otras operadoras también empiezan a trabajar en los primeros trazos de ese plan de regreso. Hay que tener en cuenta que las grandes compañías del sector ha logrado mantener en el teletrabajo a una gran mayoría de sus plantillas, que suman más de 30.000 puestos de trabajo, según las últimas cifras de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Y todo ello siendo designados por el Gobierno como uno de los servicios esenciales en esta crisis.

Esa designación como indispensable, debido al confinamiento masivo de la población y el teletrabajo de millones de empleados en todo el país, ha implicado algunos movimientos en este sector en las últimas semanas. Por un lado se ha exigido a las operadoras que no corten el suministro a ningún ciudadano o empresa y que implementen medidas para enriquecer las ofertas de entretenimiento y datos de sus paquetes. Además, han prohibido la subida de tarifas durante el estado de alarma y se han restringido las portabilidades sólo a las líneas móviles y no las fijas. Estas últimas medidas han acarreado una polémica entre las diferentes operadoras: las más importantes son defensoras de unas limitaciones más duras a la actividad comercial frente a las pequeñas, que buscan una mayor apertura.

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