Vodafone completa su guiño al 'low cost' tras recortar por tercera vez su plantilla

  • Los sindicatos rechazan el nuevo ERE propuesto y echan de menos un plan de futuro: "La dirección no tiene la confianza de los trabajadores".
Ingresos Vodafone
Ingresos Vodafone

Primero recortó precios de manera significativa para "mejorar la competitividad" de su oferta, reactivando su segunda marca 'Lowi' y creando otra, Bit, para el segmento 'medio'. Luego rechazó sacar la chequera para comprar los derechos del fútbol, un contenido premium que alimenta las ofertas de más valor para sus clientes, justificándolo por el alto precio a pagar... Y, por último, Vodafone mete la tijera y decide desprenderse de casi una cuarta parte de la plantilla en el tercer Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de los últimos cinco años.

La compañía completa con esta dura medida -que sorprendió a los miembros del comité de empresa por el número total de afectados- su particular giro hacia el 'low cost', más de dos años después de perder el segundo lugar por ingresos en el sector de los telecomunicaciones español en favor de Orange.

"Fuertes presiones" en los márgenes

El propio presidente y consejero delegado de la empresa, Antonio Coimbra, lo admitió claramente en la carta que envió a los empleados de la plantilla este jueves: existen "fuertes presiones" en los márgenes del negocio, precisamente por ese traslado hacia la gama media y baja de precios. Y las cifras le dan la razón: en los dos últimos años, los márgenes se han situado por debajo de la barrera del 25%.

Ese giro no fue ocultado por la compañía en la propia comunicación pública del ERE: "Cerca del 50% de las altas brutas están asociadas con ofertas low y medium cost, lo que nos obliga a tener una estructura de costes preparada". Pese a ello, la directora de Recursos Humanos, Remedios Orrantia, quiso esquivar ese extremo durante la reunión con sindicatos.

Diego Gallart, representante de UGT en Vodafone España, asegura a La Información que durante la primera reunión que se celebró este jueves para formalizar el anuncio, Orrantia quiso desligarse de ese giro. "La empresa niega que esté ligado y nos dicen que quieren seguir apostando por otros segmentos", explica cuando se le pregunta por la posibilidad de que Vodafone se esté acercando más a Másmóvil y alejándose de Telefónica u Orange.

Esa explicación no convenció a los sindicatos que reclaman las cifras que respalden realmente esta "traumática" medida y, sobre todo, que genere confianza de cara al futuro. Una confianza que hoy por hoy no está muy extendida. "La dirección nos dijo con el ERE de 2015 que éste nos aseguraba el futuro y 3 años después los números son peores y vuelven a proponer despedir; no tienen la confianza de la plantilla", lamenta el líder sindical.

La gestión en los últimos años

Pero, ¿cómo se ha llegado hasta aquí? Los ingresos de la operadora británica en España se han mantenido estancados en la barrera de los 4.900 millones de euros durante los tres últimos ejercicios -el último completo es el que termina en marzo de 2017-. En ese tiempo, Orange ha pasado de 4.253 a 5.371 millones. Los márgenes de Vodafone se han quedado por debajo del 25% y sólo en el último año, los galos lo situaron en el 29%.

En la estrategia de Vodafone durante los últimos años, varias fuentes del mercado consultadas señalan algunas decisiones discutibles. Una en el que coinciden todas: la decisión de reducir de manera significativa su negocio mayorista. Es decir, la reventa de su red móvil a operadores menores y otros competidores. Sus reticencias a ceder su conectividad 4G han ido recortando sus clientes en este área: Pepephone, Euskaltel, R, Lebara... ¿Dónde fueron todas ellas? De una manera u otra, a su principal, Orange.

"Decidieron preservar su red pensando que rechazando la entrada de OMV y pequeños operadores limpiarían el mercado", advierten fuentes del sector. Sin embargo, lo que sucedió fue que Orange sí les dio cabida. "Y tuvieron más competencia con esos operadores con las redes de Orange y menos ingresos porque no les revendía sus redes", apuntan

Otro de los señalados es la dependencia (también con coste añadido) de las redes de fibra de terceros. La compra de ONO en 2014, por 7.200 millones, venía a paliar esa situación. "Pero no supimos leer la estrategia de Telefónica que empezó a desplegar fibra y la de ONO se quedó anticuada", explica Gallart (UGT). "Paramos el despliegue de red propia y eso fue un error enorme", apunta el sindicalista, quien insiste en que el acuerdo con Telefónica para tener acceso a su red tenía (y tiene) muchos riesgos a largo plazo.

La difícil decisión del fútbol

La decisión de negarse a comprar el fútbol es el otro paso polémico dado en los últimos ejercicios. Su tesis: la pérdida de buena parte de sus clientes que buscan esos contenidos sale a cuenta frente al ahorro de costes que supone no pagar el fútbol (estiman que deberían cobrar 1.000 euros al año a cada uno de sus clientes para disfrutar del fútbol).

Y, en este sentido, hay opiniones muy diversas. Desde el comité de empresa respaldan la medida, pero creen que es un "error estratégico" no haber mostrado una apuesta clara por la televisión más allá del 'deporte rey'. Al margen de algunos acuerdos con proveedores pequeños como AXN o Fox, echan de menos medidas mucho más llamativas para hacer esa demostración de fuerza de sus contenidos.

La realidad es que con el rechazo al fútbol, su apuesta por el segmento premium se acorta de manera significativa, contando incluso con su completa oferta de series y películas. "Se centra en el segmento medio, que es menos rentable y genera menos ingresos", advierte Javier Borrachero, de Kepler Capital Markets.

Con todo, ahora Vodafone busca redimensionar su equipo. Otro capítulo más de un tiempo complicado para la que fue la segunda operadora en España. Empieza la cuenta atrás para el tercer ERE y los sindicatos exigen un plan.

Mostrar comentarios