Vodafone confirma que la situación del mercado español es "muy difícil" y abre la puerta a una potencial salida del país después de haber iniciado una "revisión estratégica" de su posición. La operadora incluye esta transacción como una de las que están sobre la mesa después de que haya cerrado el ejercicio fiscal con una caída del 6,5% de los ingresos totales, pese a la mejora del último trimestre. "También estaremos abiertos a cambios estructurales", ha asegurado la consejera delegada, Margherita Della Valle. En paralelo, el grupo también anuncia que estarán "más enfocados que nunca" en la generación de flujo de caja de manera adecuada y también "la generación de valor de manera orgánica".
En el Mobile World Congress (MWC) de 2019, el entonces consejero delegado del grupo, Nick Read, tuvo que salir al paso ante la posibilidad de la salida de España. "Nunca hemos considerado vender el negocio en el país", admitió. Hoy, su sucesora en el cargo no ha sido categórica y ha mantenido todas las posibilidades abiertas para la filial local. Lo ha hecho después de anunciar que arranca una "revisión estratégica" de su presencia en el mercado español.
Hace justo un año, la compañía anunció al mercado un plan de transformación de sus operaciones en España para mejorar la rentabilidad sobre el capital empleado en el país. Este proyecto incluía, entre otras medidas, acuerdos para compartir redes o la potencial venta de su red fija (con más de 10 millones de accesos) cuya tecnología es fundamentalmente el cable. Para esto último contrató a la firma Evercore. Hoy, según ha dejado claro en su presentación de resultados, el descenso del 5,4% de los ingresos por servicio durante el último año fiscal, acabado a finales de marzo, empeora sensiblemente ese rentabilidad.
Preguntada por la situación, Della Valle ha insistido en que el mercado español está en una situación "muy difícil". La fuerte presión comercial, con el segmento 'low cost' a pleno rendimiento y el empuje de operadores más pequeños como Digi, ha pasado seriamente factura. Se ha mantenido abierta a "cambios estructurales" del negocio, donde se incluye también la potencial venta. En las últimas semanas, varios fondos de inversión han sobrevolado la compañía mostrando un potencial interés por estos activos.
Según desveló Bloomberg, varias gestoras de 'private equity', entre ellas Apollo Global Management, han planteado acercamientos para adquirir los activos españoles pero con un ajuste muy severo de la valoración previa de los activos. En concreto, de acuerdo a esa información, el 'precio' se situaba alrededor de los 4.000 millones de dólares. Esto se sitúa muy por debajo de los más de 6.000 millones de euros que se barajaron en la venta a Másmóvil y que, finalmente, se descartaron por la dirección de la empresa.
El antecesor de la actual CEO descartó hace más de dos años una oferta para vender la división a Másmóvil por algo más de 6.000 millones
Valoración, clave
En aquella negociación con Másmóvil, el entonces CEO, Nick Read, defendió la valoración de la empresa como clave para levantarse de la mesa. "Lo más importante que hay que entender es el valor intrínseco del negocio de Vodafone en España y el valor que logra a través de las sinergias que tiene siendo parte de nuestro grupo”, aseguró ante los analistas en aquel año 2021. Hoy las valoraciones que se manejan entre los fondos se sitúan un 40% por debajo de esa cantidad.
En paralelo a estas potenciales operaciones corporativas que podrían implicar la salida del mercado español, la nueva CEO del grupo ha insistido en que estarán "más enfocados que nunca en generar valor de manera orgánica" con un mayor enfoque en la generación de flujo de caja. "Esto es sobre la forma en la que gestionamos orgánicamente, así como las opciones estructurales", ha asegurado ante los medios la primera ejecutiva.
La nueva CEO ha tratado de calmar a los mercados con una estrategia que busca maximizar la rentabilidad y ajustar las operaciones. En ese planteamiento, ha anunciado un plan de salidas con más de 11.000 despidos en Europa, tanto en la división corporativa con sede en Londres como en los diferentes mercados. Se ejecutará durante los próximos tres años. No ha asegurado cuál es el reparto, pero es previsible que afecte también a España. Las primeras afectadas son el propio corporativo, Alemania e Italia.
Los números en España
La compañía confirma una mejora en el comportamiento del negocio en España durante el trimestre entre enero y marzo de este año, que es el último de su ejercicio fiscal. En concreto, los ingresos se redujeron un 3,7% frente al 8,7% del trimestre entre octubre y diciembre. En total, durante todo el año las ventas se han situado en los 3.900 millones de euros, lo que supone un descenso total del 6,5%. Si sólo se contabiliza el volumen de negocio por servicios 'tradicionales' de conectividad (lo que se conoce como 'ingresos por servicio'), el descenso es del 5,4%.
Estos números se alcanzan en un "altamente competitivo" segmento de bajo coste, según asegura la compañía. La mejora en los ingresos viene precedida por la vinculación de las tarifas a la inflación (IPC), algo que se anunció tras el verano pero entró en vigor a finales del mes de enero. A esto se suma una "mayor demanda comercial" de servicios digitales.
En cuanto a rentabilidad, el resultado bruto de explotación (Ebitda) se ha logrado estabilizar, con un ligero descenso del 1,1% que incluye 6,7 puntos porcentuales de los beneficios fiscales tras la devolución lograda por el Impuesto de Actividades Económicas (IAE). Si se excluyen esos aspectos, el Ebitda disminuyó debido al descenso de los ingresos por servicio, "parcialmente compensado por el programa continuo de eficiencia en costes".
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