WeWork suspende la OPV tras la sacudida en la cúpula y la presión de los inversores

  • Los nuevos consejeros delegados aseguran que quieren centrarse en su "negocio fundamental" y no ponen fecha para retomar la operación.
El creador de Wework, Adam Neumann
El creador de Wework, Adam Neumann

Primero fue un duro golpe en el 'roadshow' con inversores, que recortó a un tercio su valoración. Después, la 'expulsión' de su consejero delegado, entre críticas por su gestión. Y ahora, los nuevos CEOs del gigante del coworking WeWork deciden dar el paso definitivo: suspenden la salida a bolsa que tenían prevista para las próximas semanas. "Para centrarnos en nuestro negocio principal", apuntan.

La japonesa Softbank, que ha invertido miles de millones de euros en la compañía durante los dos últimos años, peleó después del verano para tratar de frenar la salida a bolsa, al entender que la presión de los inversores empujaría a la baja la valoración y le obligaría a apuntarse pérdidas millonarias. Tras ganar la batalla y conseguir la dimisión del consejero delegado, Adam Neumann, ejecuta su plan.

Ese plan pasa por suspender 'sine die' la salida a bolsa, hasta que haya una ventana de oportunidad mejor que la actual. Hay que recordar que en los primeros contactos con inversores, éstos recibieron con mucha tibieza una posible OPV. ¿Consecuencia? Hundieron su valoración y le hicieron llegar a los directivos que no estarían dispuestos a invertir a una valoración que superara los 15.000 millones de dólares.

La razón hay que encontrarla en sus números. Durante los primeros seis meses de este año 2019 ha ingresado algo más de 1.500 millones de dólares procedentes de sus 528 oficinas compartidas en todo el mundo y 527.000 miembros activos, pero debido principalmente a los gastos vinculados a la apertura de nuevas oficinas las pérdidas operativas se dispararon por encima de los 1.300 millones.

Ahora, los sustitutos de Neumann deciden suspenderla para, según han explicado en un comunicado, "centrarnos en nuestro negocio principal". "Tenemos la intención de hacer Wework una empresa cotizada y esperamos volver a los mercados en el futuro", han apuntado. Por tanto, no ponen ninguna fecha y lo dejan en suspenso.

Más dinero a la vista

No habrá salida a bolsa. Pero eso no quiere decir que desaparezcan las necesidades de capital de la empresa, que está en plena expansión, con fuertes costes vinculados, especialmente, al alquiler de las oficinas. A 30 de junio, la empresa contaba con 2.500 millones de dólares. Al ritmo de 'quemar' dinero que está actualmente, necesitaría otra inyección de dinero en el primer trimestre del próximo año, según explicaban analistas a The Wall Street Journal. Insistían en que necesitaría 10.000 millones de dólares para mantener el crecimiento entre los tres próximos años.

Entre los inversores de la compañía ya se están poniendo la venda. Según explicaba el medio The Information, ejecutivos se han reunido con banqueros para tratar de discutir medidas de reducción de costos, que podrían incluso incluir despidos de hasta un tercio de la plantilla (unos 5.000 empleados), así como el cierre de negocios auxiliares.

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