2012: Un año de seísmos políticos y caída de los euroescépticos en Holanda

  • Holanda ha vivido en 2012 rápidos cambios políticos que han hecho que antimusulmanes y euroescépticos perdieran influencia, aunque aún presionan a las posiciones más moderadas, que vencieron en los comicios del pasado septiembre.

Maite Rodal

La Haya, 20 dic.- Holanda ha vivido en 2012 rápidos cambios políticos que han hecho que antimusulmanes y euroescépticos perdieran influencia, aunque aún presionan a las posiciones más moderadas, que vencieron en los comicios del pasado septiembre.

El seísmo político se originó en marzo, cuando de forma inesperada el socio del Ejecutivo del primer ministro, el liberal Mark Rutte, el partido antimusulmán de Geert Wilders, se retiró de una crucial negociación para aprobar un paquete adicional de ajustes presupuestarios.

Tras semanas de buen entendimiento entre los líderes de la Democracia Cristiana y los liberales, que formaban una coalición de gobierno con el apoyo de los antimusulmanes, éstos rompieron la baraja al no ver satisfechas sus exigencias, sobre todo en materia de endurecimiento de la política de inmigración.

Wilders, con 24 escaños logrados en 2010, había presionado desde el inicio de la legislatura al Ejecutivo de minoría, que necesitaba al antimusulmán para conseguir una mayoría en Parlamento.

Además de en materia de inmigración, Wilders presionaba también con su posición eurófoba y subrayaba en reiteradas ocasiones su posición favorable a la salida de Grecia de la zona euro e incluso de Holanda si ésta tenía que seguir "pagando" a los países del sur.

La politóloga de la Universidad de Amsterdam Tjiske Akkerman explicó a Efe que la caída de Wilders (PVV) en las elecciones del pasado septiembre (en las que se quedó con 15 diputados), se explica principalmente "porque al haber dejado caer al Ejecutivo, para un número de electores se convirtió en un partido al que se le debía privar de la influencia en el Gobierno".

La experta agregó que a ello también contribuyeron "las rencillas internas del partido, que el mismo PVV ha reconocido que influyeron en la pérdida de votantes".

A ello se unió la falta de confianza del votante en la política económica de Wilders, indicó Akkerman.

Sin embargo, esa salida del Gobierno y una influencia menor de la esperada de los socialistas eurófobos (SP) en el proceso electoral, no ha evitado que la coalición entre los liberales de Rutte y los laboristas del carismático Diederik Samsom, hayan escapado a la presión de los extremos.

"Los extremos siguen presentes. En estas elecciones han tenido menos influencia de lo esperado, pero Wilders en la derecha y el SP en la izquierda, son dos corrientes muy importantes, sobre todo en este contexto de crisis económica, que probablemente los haga crecer", opinó Akkerman.

Añadió que por ese motivo, la actual coalición "púrpura" no puede compararse con la que gobernó Holanda con el mismo color en los años noventa ni que la estabilidad de la que han hecho bandera esté garantizada.

La rapidez con la que cayó el Gobierno, la pronta celebración de las elecciones, la corta campaña electoral y la prisa de los vencedores para formar Gobierno, no han jugado a favor de la estabilidad política en el país, según la politóloga.

"Todo el mundo ha visto que se ha ido demasiado rápido en las negociaciones de gobierno y situado en la agenda enormes cambios y recortes presupuestarios, con los que los votantes han tenido problemas", explicó la experta.

Se refería así a los planes del nuevo Ejecutivo de Rutte de hacer el copago sanitario más proporcional a los ingresos.

Al demostrar diversos cálculos que esa medida afectaba de manera drástica al poder adquisitivo de las clases medias -la base de los votantes liberales-, el Ejecutivo se vio obligado a cambiarla incluso antes de estrenarse los ministros en el cargo.

Un posible nuevo empeoramiento de la economía, que pueda invitar a aplicar nuevos recortes, "se lo va a poner difícil al nuevo Gobierno", agregó.

Desde 2010 Holanda ha aprobado ajustes presupuestarios que ascienden a 46.000 millones de euros, dos tercios de los cuales han sido acordados en este año.

Holanda también se ha perfilado durante 2012 como defensora de un estricto control sobre el déficit presupuestario en la Unión Europea.

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