24-m. La campaña de rajoy: 15 días sin riesgos ni grandes errores que han sumado votos


El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, cerrará este viernes en Guadalajara y Madrid una campaña electoral centrada en la repetición del discurso económico, en la falta de autocrítica en materia de corrupción y en el convencimiento de que, pese a la emergencia y el nuevo escenario político que dibujarán Podemos y Ciudadanos tras el 24 de mayo, el bipartidismo tradicional se mantendrá.
Rajoy reconoció este último miércoles en Sevilla que estaba “disfrutando” en la campaña que hoy toca a su fin y que le hacía falta “más” en la carrera hacia las elecciones autonómicas y municipales del domingo.
La primera afirmación responde al optimismo instalado en las filas populares. En el PP consideran que se ha hecho una buena campaña y que se ha conseguido el objetivo marcado de mantener el perfil bajo.
Tenían clara la premisa de que era necesario arriesgar poco porque es “mejor no sumar que restar” y aún estaba muy reciente el comentario machista de Miguel Arias Cañete que marcó las elecciones europeas de hace justo un año.
Esas buenas perspectivas se han visto confirmadas en los últimos días por las encuestas internas que maneja Génova y que, dicen, confirman una tendencia alcista para el PP. Por eso Rajoy reconoce que se le queda corta la campaña, porque está convencido de que podría sumar más apoyos.
Además, esos mismos sondeos revelan otra de las grandes líneas en el diseño de la campaña popular: no sólo sube el PP, también lo hace el PSOE; mientras que bajan Podemos y Ciudadanos, formación esta última a la que incluso sus barones reconocen como la marca blanca y renovada del PP.
Rajoy ha dejado claro en los 21 mítines o actos electorales que le han llevado a recorrer 14.000 kilómetros y a visitar las 17 comunidades autónomas que su contrincante sigue siendo el PSOE.
ATAQUES AL PSOE
El líder popular no ha evitado en ningún mitin advertir de la falta de experiencia, programa y candidatos de los que considera “tertulianos” y “productos de la televisión”, pero su flanco de ataque ha sido, de principio a fin, el partido con el que se disputa el bipartidismo desde los años 90.
En la primera mitad de la campaña, el líder popular avisaba del daño de votar a la marca PSOE recordando, casi cuatro años después, el mantra de la herencia socialista. En la recta final hacia el 24-M, el presidente del Gobierno ha entrado en el cuerpo a cuerpo con el líder socialista, Pedro Sánchez.
Le criticó su “poquito nivel político” por decir en campaña que pactaría con todos menos con el PP y con Bildu, le recordó su apoyo a las políticas de José Luis Rodríguez Zapatero e incluso, el día que compartía escenario con la presidenta en funciones de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, puso en cuestión su liderazgo al frente de la Secretaría General del PSOE.
Rajoy ha advertido a los suyos desde un principio de que “el único peligro” el 24-M es volver al PSOE, pero en los últimos días de campaña ha pedido el voto a “todos los que confiaron en el PP”, porque “las coaliciones de todos contra el PP” implicarían “cuatro años de líos” y esto sería “letal” para la recuperación económica.
MAYORÍAS ABSOLUTAS
En este sentido, en las últimas horas de campaña el presidente del PP ha avisado contundente de que “ganar no basta”, son necesarias mayorías absolutas en comunidades y ayuntamientos para consolidar la recuperación económica. Y la máxima que aupó a Bill Clinton y hundió a Zapatero, “¡La economía, estúpido!”, ha sido el hilo conductor de todos sus discursos.
En su entorno más cercano reconocen que la estrategia de campaña se ha centrado en “la repetición del discurso económico” porque “repetir funciona” y Rajoy está convencido de que los buenos datos macroeconómicos llegan a los ciudadanos y eso es lo que importa a la gente.
Pero sus dos principales lapsus se han producido cuando, relajado, repetía y repetía las mismas cifras. En Vigo sugirió una próxima bajada del IVA cuando enumeraba los impuestos que, tras incumplir su programa electoral, había bajado este año.
En Pamplona, ante el fervor de auditorios que han vibrado en toda España al oír hablar de porcentajes de PIB o de la prima de riesgo, preguntó: “¿Quién se acuerda del rescate?” y “¿quién se acuerda del paro?”.
Sin embargo, la corrupción, que sus barones reconocen como la principal fuga de votos del PP, por delante incluso de los recortes económicos, y de la que casi todos han advertido desde el escenario, no ha tenido cabida en ninguno de los mítines de Rajoy. Ni siquiera para poner en valor las medidas de regeneración democrática adoptadas por su Gobierno.
Rajoy, que este jueves llenó la plaza de toros de Valencia en su regreso cuatro años después de respaldar a Francisco Camps, ha evitado toda mención porque, dicen los suyos, “mejor no mentar a la bicha”.
Apenas unas horas después de que el extesorero del PP Luis Bárcenas pidiera el reingreso en el PP a sólo cuatro días del 24-M y los populares se lo denegaran, el líder popular se limitó a poner en valor la política, “una actividad noble”. Y el mismo jueves, el nombre de Rodrigo Rato, su otra gran espina, volvió a la actualidad política con motivo de su fianza.
El presidente del Gobierno y del PP, que hoy regresa a Castilla-La Mancha y Madrid, hasta este viernes sólo había repetido presencia en Cataluña en una campaña que arrancó marcada por el accidente del Airbus en Sevilla que le llevó a suspender su intervención en Tenerife y su mitin en Las Palmas.
VUELVE A LA CALLE
La de Rajoy ha sido una campaña cercana a la gente, consciente de que él también se juega mucho este domingo. El presidente ha paseado por las calles de pueblos como Villanueva de la Serena (Badajoz), donde se dio un baño de masas pese al calor, o de capitales como Santander o Palma de Mallorca, donde tuvo que escuchar voces críticas que también se alzaron en los mítines de Barcelona y Zaragoza.
En su haber, el líder popular ha hablado de la defensa de España y de la Constitución en Cataluña y en otros rincones de España, ha reivindicado las “ideas profundas” y “convicciones firmes” del PP y ha dado dos entrevistas en campaña: a Vocento y a 'Diario de Burgos'.
Sin embargo, en su debe está el no haber mantenido un encuentro con los medios de comunicación que han seguido su estela por la península y las islas más allá de las breves declaraciones que realizó en Tenerife y Marín (Pontevedra).
También se le puso ‘falta’ por haber evitado hablar expresamente de las víctimas del terrorismo en Vitoria y algunos han echado de menos sumar fuerzas en el escenario con el expresidente del Gobierno y presidente de honor del PP, José María Aznar, en alguno de sus cinco mítines, tras su sonada ausencia en las europeas. Se limitó a nombrarlo en Burgos como parte de “la cantera” del PP de Castilla y León, pero faltó la foto.
La foto que no faltó, sino que ha sido protagonista de los quince días que ahora concluyen, la protagonizó con sus candidatas por Madrid, Cristina Cifuentes y Esperanza Aguirre, montando en bicicleta junto al Manzanares a lo 'Verano azul', color del que está convencido seguirá teñido el mapa español la noche del 24 de mayo.

Mostrar comentarios