ACNUR lamenta que no se hable del conflicto en Ucrania pese a que hay 3 millones de afectados

De la enviada especial de EUROPA PRESS Leyre Guijo

La agencia de la ONU llama a permitir la libertad de movimiento entre quienes viven en zonas bajo control rebelde y gubernamental

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha lamentado que ya no se hable del conflicto en el este de Ucrania pese a que hay unos tres millones de personas afectadas por el mismo y ha llamado a las partes enfrentadas a facilitar la libertad de movimientos de los ciudadanos.

"Ya no hablamos de Ucrania pero hay un 1,7 millones de desplazados y unos 3 millones de afectados por el conflicto, bien porque están desplazados o porque viven cerca de la línea de contacto o porque se trasladaron a Rusia, Bielorrusia o Polonia", ha subrayado el director para Europa de ACNUR, Vincent Cochetel, en una entrevista concedida a Europa Press en Ginebra.

Aunque ya "nadie habla del conflicto", éste "desgraciadamente" aún no ha terminado y "hay violaciones del alto el fuego a diario", ha subrayado, en referencia al alto el fuego pactado por Ucrania, Rusia, Francia y Alemania en febrero de 2015 en Minsk, renovado por las partes en conflicto el pasado 1 de septiembre tras una intensificación en agosto.

"El proceso político tampoco está progresando mucho ahora mismo", ha lamentado Cochetel, en referencia a la falta de avances para resolver un conflicto que estalló en el este de Ucrania en la primavera de 2014 a raíz de la anexión por parte de Rusia de la península de Crimea y que enfrenta a los separatistas de las regiones de Lugansk y Donetsk, respaldados por Moscú, con Kiev.

El responsable de ACNUR ha subrayado que "los que sufren son, como siempre, los ciudadanos corrientes, que están cansados de la guerra y que tienen que enfrentarse a considerables dificultades a la hora de cruzar la línea divisoria".

Según ha explicado, "solo tienen cinco puntos para cruzar del área bajo control del Gobierno a la zona que no está bajo su vigilancia" lo que provoca que haya "largas filas" además de "mucha burocracia, muchas complicaciones para la gente y mucho sufrimiento innecesario".

En un informe publicado por ACNUR en septiembre, la agencia de la ONU ya puso de relieve los problemas a los que se enfrentaban las 26.000 personas que cruzan la línea divisoria a diario. Según denunció, más de la mitad de los que hacían este viaje en coche se veían obligados a pasar la noche allí puesto que los procedimientos burocráticos y de comprobación de la documentación eran muy largos.

Además, el estudio realizado por ACNUR permitió constatar que una de cada cuatro personas que intentan cruzar son personas vulnerables como discapacitados, ancianos, personas con graves problemas médicos y mujeres, tanto solas como con niños.

Igualmente, puso el acento en la falta de instalaciones adecuadas de espera, lo que obliga a la gente permanecer bajo el sol y la lluvia y preocupa ante la inminente llegada del invierno. En los puntos de paso tampoco hay atención sanitaria ni suficiente agua o letrinas para quienes esperan.

LIBERTAD DE MOVIMIENTO

Ante este panorama, Cochetel ha defendido la necesidad de "restaurar la plena libertad de movimientos para todos los ciudadanos ucranianos, incluso si proceden de Donetsk, Lugansk o Crimea".

"Todos deberían ser libres de moverse dentro de su país y esperamos que los actores del conflicto encuentren soluciones para facilitar la libertad de movimiento porque es importante que la gente mantenga los lazos familiares y que también continúe el pequeño comercio, dado que la situación en las zonas no controladas por el gobierno ucraniano es muy difícil desde el punto de vista social y económico", ha remachado.

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