Según ACNUR, 6.000 personas han escapado y otras 7.000 han visto "gravemente restringida su movilidad" tras los combates, que se concentran principalmente junto a los ríos Baudó, Atrato y San Juan. La mayoría de los afectados forman parte de las comunidades afrocolombiana e indígena.
La agencia de la ONU ha lamentado en un comunicado que estas personas hayan visto "completamente interrumpido" el acceso a sus medios de vida, así como la posibilidad de que los niños vayan a clase. La situación ha alcanzado tal magnitud que ha "desbordado" la capacidad de las autoridades, ha alertado.
ACNUR ha recordado que Colombia ya ha sufrido durante el último medio siglo las consecuencias del enfrentamiento entre el Gobierno y las guerrillas, en particular las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Siete millones de desplazados y 350.000 refugiados atestiguan los efectos de esta guerra interna.
"Acabar con el desplazamiento forzado de los desplazados internos y refugiados es crucial para establecer una paz duradera en Colombia y favorecer la recuperación socio-económica del país", ha apuntado la organización. De lo contrario, ha apostillado, "se pondrá en peligro el éxito del frágil período de transición y aumentará el riesgo de nuevos desplazamientos de población".
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