UN RELATOR DE LA ONU ADVIERTE A TRUMP DE EFECTOS “CATASTRÓFICOS” MUNDIALES SI AUTORIZA LA TORTURA

El relator especial de la ONU sobre la tortura, Nils Melzer, advirtió este lunes de los efectos “catastróficos” para el mundo que supondría que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, autorizara el uso de la tortura como técnica de interrogatorio a personas detenidas.
En una reciente entrevista en televisión, Trump aseguró que el ‘waterboarding’ (ahogamiento simulado a un detenido al que se inmoviliza sobre una tabla, se le cubre la cara con un paño y se le vierte agua en la boca y la nariz) funciona “absolutamente”.
Melzer apuntó en un comunicado que, “sin lugar a dudas, el ahogamiento simulado equivale a tortura” y añadió que “cualquier tolerancia, complacencia o aquiescencia con tal práctica, por excepcional y bien argumentada que sea, conducirá inevitablemente a una pendiente resbaladiza hacia la arbitrariedad completa y la fuerza bruta”.
"Hago un llamamiento urgente al presidente Trump para que considere cuidadosamente no sólo las obligaciones legales, la doctrina y la tradición de Estados Unidos, sino también las opiniones jurídicas y morales consolidadas de toda la comunidad internacional antes de permitir la reintroducción de métodos o interrogatorios más estrechamente asociados con el barbarismo que con la civilización. Estoy abierto a entablar un diálogo directo y constructivo con el presidente", subrayó.
El relator especial señaló que Estados Unidos “siempre” han defendido públicamente su creencia en el imperio de la ley el respeto a la verdad, y pidió al Gobierno que cumpla las normas que la nación ha establecido tanto para sí como para otros.
"Sin embargo, si el nuevo Gobierno reviviera el uso de la tortura, las consecuencias en todo el mundo serían catastróficas. Si el señor Trump sigue todas sus promesas, es probable que más países sigan su ejemplo y vuelvan al negocio de la tortura, una desgracia última para toda la humanidad", apostilló.
DELITOS INTERNACIONALES
Melzer indicó que, “contrariamente la creencia popular, la tortura simplemente no funciona” porque “produce falsas confesiones de manera consistente e información confiable o engañosa”. “Frente a la inminente amenaza de dolor o angustia, las víctimas dirán cualquier cosa, independientemente de si es verdadera, para detener el dolor y tratar de mantenerse con vida”, agregó.
Además, recordó que el Comité de Inteligencia del Senado de Estados Unidos concluyó en 2014 que el uso de técnicas de interrogatorio mejoradas por parte de la CIA, incluido el ahogamiento simulado, no era un medio eficaz de obtener la cooperación de los detenidos.
Melzer recalcó que, aunque la tortura funcionara en estos casos, “eso no la hace legal o moralmente aceptable y comentó: “Seamos claros: si buscas una ventaja militar en la guerra, puedes argumentar que el trabajo de las armas químicas o el terrorismo también funcionan”.
"Sin embargo, todos los pueblos civilizados de este mundo han estado juntos para prohibir tales prácticas abominables porque, al igual que la tortura, destruyen irreparablemente la humanidad y la integridad no sólo de la víctima, sino también del perpetrador", dijo.
Melzer destacó que el uso o incitación a la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes ha sido prohibido por tratados como la Convención contra la Tortura, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y los Convenios de Ginebra, por lo que equivalen a delitos internacionalmente reconocidos y, en los conflictos armados, a crímenes de guerra.

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