EL BANCO DE ESPAÑA ADVIERTE DE QUE EL “ELEVADO” PARO ESTRUCTURAL, EL ENVEJECIMIENTO Y LA “BAJA” PRODUCTIVIDAD LIMITAN EL CRECIMIENTO

El Banco de España advirtió este martes de que el “elevado” componente estructural de la tasa de paro, el envejecimiento de la población y la “baja” productividad son los principales factores que limitan el crecimiento a largo plazo de la economía española.
En su ‘Informe Anual 2016’, el organismo apunta que el crecimiento potencial de la economía española se ha reducido “significativamente” desde el inicio de la crisis, de manera que en el periodo 2001-2007 la tasa era cercana al 3%, y para la próxima década se estima que se sitúe alrededor del 1,5%, una “ralentización” debida principalmente al “menor ritmo de avance esperado de la población”.
El Banco de España incide en que reducir la tasa de paro, especialmente el desempleo de larga duración, “debe seguir siendo una prioridad de las políticas económicas”, puesto que la tasa de paro se situó a finales de 2016 en el 18,6%, “muy por encima” de lo observado en los demás países del área del euro, con la excepción de Grecia.
En este sentido, señala que el “elevado” desempleo se concentra en determinados segmentos de la población, especialmente entre los individuos con menor nivel de formación y entre los jóvenes de 19 a 29 años y con un paro de muy larga duración –más de dos años desempleado- que alcanza al 40% de los parados.
Estos datos muestran, según el organismo, las dificultades de estos colectivos para “beneficiarse de la fase de recuperación económica” y el “riesgo” de quedar fuera del mercado de trabajo de manera permanente, por lo que la “reintegración” debe ser una de las principales prioridades de la política económica.
El supervisor también advierte de que el progresivo envejecimiento de la población “reduce la capacidad de crecimiento de la economía” y “ya está incidiendo negativamente” en la evolución de la tasa de actividad.
De cara al futuro, el organismo señala que se prevé que el progresivo envejecimiento de la población genere un descenso adicional de la tasa de actividad de dos puntos porcentuales entre 2016 y 2020.
Por último, también apunta a los efectos “negativos” que puede producir el envejecimiento sobre la productividad, al haber menor mano de obra disponible, y concluye que aumentar el crecimiento potencial de la economía requiere de “mejoras permanentes en la productividad”.

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