AZNAR CREE QUE EN 2019 NO HABRÁ QUE CELEBRAR NADA COMO ANTES DE 2009

El expresidente del Gobierno José María Aznar diagnosticó este lunes en España una triple brecha social, territorial y política que impide volver a la etapa de progreso que acotó entre 1979 y antes de 2009. “Lamento que tampoco estamos en el camino de poder celebrar nada parecido en 2019”, pronosticó, mostrando tácitamente poca confianza en que lo enderece el actual Gobierno de Mariano Rajoy.
Aznar pronunció este lunes la conferencia inaugural de un ciclo organizado bajo el título conjunto ‘El necesario fortalecimiento de España’ por la Fundación Valores y Sociedad, presidida por el exvicepresidente del Gobierno Jaime Mayor Oreja, y la Fundación Villacisneros, que preside Íñigo Gómez-Pineda. Al acto asistió la portavoz popular en el Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre, como máxima representante del partido.
Comenzó recordando el asesinato del concejal del PP Gregorio Ordónez, hace hoy 22 años, cuando, dijo, llevaba un proyecto destinado a cambiar España, y criticó la “ficción infame” del relato que pretende confundir victimas con asesinos y un conflicto “del que todos seríamos culpables a partes iguales. “Nada debería cambiar el verdadero relato”, conminó.
El expresidente criticó las versiones negativas de la Historia de España, rechazó el enfoque de oportunidades perdidas y llamó a aprovechar las oportunidades abiertas, antes de lanzar la “reflexión apremiante”de que las personas y las naciones “se fortalecen en la acción y se debilitan en la inacción”, por lo que la “impresión de decaimiento” que se cierne sobre España obedecería, según él, a “la falta de una tarea nacional compartida”.
Aznar dijo en primera personal del plural, en referencia a los españoles de la Transición, que fueron “responsables donde otros fueron irresponsables”, sin ignorar la Historia ni caer en el rupturismo, que contaron con todos y llevaron a cabo la modernización económica y social y la apertura al mundo. “Realmente sorprendimos y nos admiraron”, presumió.
LOGROS HASTA 1999
Enumeró los acontecimientos culturales y deportivos que presidió España, la integración en la UE y la OTAN y la afluencia de inmigrantes, así como la inspiración en procesos democráticos en América Latina, desde las primeras elecciones a la cofundación del euro en 1999, pasando por la primera Presidencia de la Comunidad Europea en 1989 con el socialista Felipe González.
El expresidente creyó constatar vínculos de unión entre los territorios, los partidos y las generaciones, a lo largo de “décadas con muchas más luces que sombras”, con errores “nunca mayores que la capacidad de rectificarlos”. Al hablar de sus propios gobiernos, reconoció que se estalecieron sobre “un país fraguado” y “gobernable”.
“Lamentablemente, hace tiempo que tenemos grandes dificultades para dar continuidad a este relato”, y fijó la fecha de 2009 como un año en el que no se podían localizar hitos semejantes a los anteriores finales de década.
“Lamento que tampoco estamos en el camino de poder celebrar nada parecido en 2019”, añadió, avisando de brechas que amenazan con convertirse en “fracturas”, con “un país que se esá desvertebrando, socialmente, territorialmente y políticamente”, y en el que la tarea más urgente sería sellarlas, pues están, a su juicio, vinculadas.
La principal brecha sería social y entre generaciones, por la respuesta que se ha dado a la crisis, que “ha fortalecido casi hasta el blindaje las posiciones de algunos y ha debilitado las de otras”, en particular las clases medias. En este sentido, tachó el Estado del bienestar de injusto e ineficiente, criticando el endeudamiento debido a que no se han realizado reformas estricurales y cuyo pago caerá sobre los hoy jóvenes. “No estamos jugando limpio con nuestros jóvenes”, alertó, pidiendo más tarde que se implante una relación real entre su esfuerzo y las oportunidades que se les presentan.
BRECHA TERRITORIAL
Según Aznar, esta brecha social y generacional aumentaría con la territorial, por el “mal uso de nuestro modelo autonómico”, que debía funcionar como 17 puertas de acceso a la plaza mayor de la patria común, y no lo ha sido, no por su mal diseño sino por el repliegue identitario y el “pulso permanente de suma cero” entre el Estado y las comunidades, hasta el absurdo de pensar que “cuanto más se empobrece el Estado más se enriquecen las partes”, cuando sólo un Estado sólido puede garantizar la cohesión.
“La unidad no se opone a la diversidad, sino que la hace posible”, dijo Aznar, apelando a que sólo amparadas por la Consitución pueden connvivier las culturas, mientras ahora se desdeñan y se sospecha de todos los proyectos comunes. Esto, empero, no se repararía sobrecarando el intervencionismo económico del Estado.
La tercera brecha sería la política, con una distancia cada vez mayor entre la derecha y la izquierda, relacionada con el despoblamiento de la clase media. A los nuevos partidos les reprochó que no actúan para un proyecto nacional, sino que exhiben ruptura territorial, social y generacional, con un empeño “gritón” en establecer su parcialidad.
Por último, advirtió de que el contexto internacional, que favoreció en su día el progreso de España, ahora contribuye a la crisis nacional. Citó a la ex primera ministra británica Margaret Thatcher defendiendo la pertenencia a la UE y que el Reino Unido nunca rompería tratados, y lo contrapuso a la Europa debilitada y “en riesgo real de desvertebración”, en un mundo cada vez más polarizado. “Sería un error pensar que estar todos solos equivale a estar juntos, o que estar todos mal equivale a estar bien”, advirtió.
No obstante, Aznar llamó a concitar la “voluntad” necesaria para promover los movimientos inclusivos y la responsabilidad frente al localismo empobrecedor, el populismo mendaz y el adanismo insustancial, síntomas a su juicio de una crisis que desde su punto de vista ya se daba cuando llegó la económica de 2008.
La conferencia de Aznar la presentó la expresidenta del PP vasco, María San Gil, quien comenzó pidiendo un minuto de silencio por Ordóñez y, en general, las víctimas del terrorismo y luego presentó las próximas conferencias que acogerá el ciclo a cargo de defensores de la idea de España sometidos a las presiones de los nacionalismos periféricos, denunció la crisis de la nación y de las “personas”.
Una crisis que atribuyó al relativismo que menoscaba los valores tradicionales, que señaló como más grave que la que se puede afrontar con reformas estructurales y frente a la cual propuso combatir a dichos nacionalismos, no con guante blanco, sino con un proyecto consolidado de una España unida, rechazando sus “mentiras” mediante “la verdad de la unidad de España”. San Gil calificó a Aznar como “el mejor presidente que ha tenido España”, lo que desató la ovación del auditorio, a la que el ensalzado trató de permanecer serio pero al final descorrió una sonrisa.

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