Antonio Ortiz, "nervioso" y atento al relato del jefe de la Operación Candy'

Antonio Ortiz, "nervioso" y atento al relato del jefe de la Operación Candy'
Antonio Ortiz, "nervioso" y atento al relato del jefe de la Operación Candy'
EUROPA PRESS
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Fuentes próximas al acusado han reconocido que Ortiz estaba hoy más nervioso ante datos que se estaban aportando. Visiblemente se mostraba más atento a la sesión y siguiendo con atención la cronología de los hechos ofrecida por el inspector que dirigió la operación.

En la tercera sesión, han comparecido los responsables de la 'Operación Candy'; el jefe inspector del Servicio de Atención de la Familia de la Brigada de Policía Judicial y otros dos responsables del operativo con rango inferior.

Los encargados del dispositivo han especificado que hubo nueve líneas de investigación en relación al posicionamiento de los teléfonos, los vehículos y las descripciones dadas por las menores, entre otros. El 28 de agosto de 2014 se le identificó en un control al salir del gimnasio. Tras ello, huyó a Santander, donde finalmente se le detuvo un mes después ante "una acumulación delictiva" que le hacía ser "el candidato".

Uno de los puntos que cuestiona la defensa es el relativo al uso de un Citroen Xsara Picasso en la agresión sexual del 22 de agosto de 2014, correspondiente a la menor de siete años (la testigo protegida número 5) que supuestamente habría sido agredida en ese coche.

El inspector ha relatado que una cámara de una entidad bancaria y otra de la tapia del complejo policial de Canillas, en el barrio de Hortaleza, captó la imagen de este coche cuando presuntamente Ortiz estaba con una de sus supuestas víctimas.

Sin embargo, ese vehículo había sido incautado por la Policía Municipal al estar embargado. Al parecer, Ortiz fue informado del embargo el 14 de agosto de ese año, fecha en la que tuvo que acudir a la comisaría de Hortaleza --muy próxima al complejo policial de Canillas--. Una semana después, agredió a la que supuestamente sería su última víctima.

Su abogado defiende que Ortiz desde el 15 de septiembre ya no disponía de ese coche, algo que le hace pensar que en este hecho podría estar implicada otra persona, al igual que en otros hechos. Incluso en una inspección ocular posterior se descartó que hubiera restos de alguna menor en ese vehículo, ha recordado el letrado.

Además, hace hincapié en otro extremo. La menor, a la que se denomina como TP5, señaló durante su exploración que su agresor tenía un lunar en el lado derecho a la altura de la nariz. En cambio, el presunto pederasta tiene una verruga en el lado izquierdo de la cara, a la altura del pómulo.

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