La defensa del abogado vasco acusado de maltrato lo niega todo y no descarta acciones por denuncia falsa

  • El abogado especialista en violencia machista y a su vez imputado en un caso de maltrato reconoce que ha sido un golpe devastador para su defendido.

    “Negamos totalmente los hechos y no descartamos ninguna medida posterior” cuando se haya demostrado la inocencia, entre ellas, “por lógica”, acusar de denuncia falsa.

Miguel Alonso Belza, en la imagen, era un habitual de los medios de comunicación para hablar sobre Violencia de Género, por lo que su abogado resalta el daño que le está haciendo a su imagen la imputación por malos tratos que pesa sobre él.
Miguel Alonso Belza, en la imagen, era un habitual de los medios de comunicación para hablar sobre Violencia de Género, por lo que su abogado resalta el daño que le está haciendo a su imagen la imputación por malos tratos que pesa sobre él.
L.I.

Miguel Alonso Belza, abogado y profesor vasco especialista en defender a mujeres víctimas de violencia de género, y que ha sido acusado recientemente de maltratar a la persona con la que mantenía una relación sentimental, se encuentra “totalmente devastado” por estas acusaciones, de acuerdo al testimonio ofrecido por su abogado a lainformacion.com.

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“Es algo demoledor para él. Miguel ha sido un hombre durante muchos años totalmente comprometido en la lucha contra la violencia de género. Ha sido un adalid, y de repente se ve en esta situación que le ha superado por completo. Él no es pesimista, pero está muy mal. Le está costando digerir que le haya una imputación así una personas que, según sus mismas declaraciones ante el juez, aún sigue enamorada de él”, manifiesta Juan Román Zubillaga, el letrado que defiende a Belza.

Niega totalmente los hechos tal y como los plantea el auto de imputación y asegura que hará todo lo posible por demostrar la inocencia de su cliente y amigo, “aunque el daño mediático ya esté hecho”.Enorme perjuicio

Con estas últimas palabras Zubillaga quiere resaltar el enorme perjuicio que ha supuesto para el prestigio de Belza el verse acusado de un delito contra el que este último ha luchado durante más de 30 años, no solo desde los tribunales de justicia sino también en las aulas, en los medios de comunicación y en diversos foros políticos y sociales. Ahora le han impuesto a él una orden de alejamiento de 100 metros, de la cual ya han informado muchos medios de comunicación, con el consiguiente daño para la imagen del imputado.

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Además, el Colegio de Abogados de Gipuzkoa (Icagi) ha anunciado que retira a Belza del Turno de Asistencia a la Mujer, donde llevaba trabajando varios años. Según un comunicado del Colegio, “se considera conveniente la separación cautelar con el objetivo de garantizar el funcionamiento normal del Servicio de Asistencia y Asesoramiento a las Mujeres Víctimas de la Violencia de Género”. Los abogados colegiados muestran “el máximo respeto a la actuación judicial en curso y a la presunción de inocencia de la persona afectada”.

En este estado de cosas, y “por lógica”, Juan Román Zubillaga no descarta “ninguna medida posterior” al cierre de este caso, entre ellas acusar por denuncia falsa a la mujer que a su vez le ha denunciado ante los juzgados de Violencia de Género. “Pero de momento tenemos toda nuestra atención en demostrar que no se cumplen ninguno de los requisitos establecidos por la ley para que se pueda hablar de violencia de género en este caso”.Las denuncias falsas, en la ETB

El mismo Belza reconocía hace pocos en un programa de la televisión autonómica vasca donde participó en noviembre que las denuncias falsas, “aunque no son muy numerosas, y menos en violencia contra la mujer, llaman mucho la atención y generan mucha alarma social”. De ahí que se creyese conveniente dar difusión periodística a las denuncias falsas una vez hubiesen podido ser demostradas.

“El problema es que las denuncias falsas son muy difíciles de demostrar, aunque sean claramente un delito, un delito típico, antijurídico, probable y culpable, que diríamos en Derecho Penal”, explicaba Belza en dicha ocasión.Ni convivían ni había dependencia

Su abogado puntualiza que la relación que había entre su cliente y la mujer con la que mantenía una relación sentimental no incluía ningún vínculo de dependencia (ella es independiente económicamente) ni de convivencia (no vivían juntos) ni de falta de arraigo por parte de la mujer, situaciones típicas en los casos de violencia de género. “No responde para nada al estereotipo de violencia de género”, argumenta, “porque hay una separación de hecho” entre ella y él.

El abogado afirma que las leyes vigentes que protegen a las víctimas de la violencia de género son positivas en términos generales, aunque es consciente del mal uso que se hace de ellas en algunos casos. También lamenta la dificultad que supone aclarar en cada caso figuras complejas como las coacciones y las amenazas, en virtud de las cuales muchos hombres inocentes, tras haber sido acusados de violencia de género, han pasado al menos una noche en el calabozo.

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El artículo 153 del Código Penal Español establece penas de prisión para el que cause “menoscabo psíquico”, entre otros perjuicios, “a la esposa o mujer ligado a él por una análoga relación de afectividad aún sin convivencia”.

Respecto al vídeo, mencionado por la juez en su auto de imputación, en el que supuestamente se ve cómo Belza golpea a la denunciante en las piernas, Zubillaga afirma que se trata “cuanto menos de una prueba inducida: es decir, si yo te provoco y tú reaccionas y sólo grabo tu reacción, puedo inducir a pensar algo muy distinto de lo que realmente ha ocurrido”.

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