El rey Bhumibol de Tailandia, padre de una nación dividida

El rey de Tailandia Bhumibol Adulyadej, fallecido este jueves, se ganó a lo largo de 70 años de reinado el estatus de "padre de la Nación", venerado y protegido por una dura ley y un intenso culto a la personalidad.

Sus retratos con marcos dorados adornaban las calles y carreteras del país mostrándolo a todas las edades, del joven apasionado por la fotografía, con su cámara colgada del cuello, al más maduro, visitando a campesinos.

La fotografía de Bhumibol presidía comercios, hogares, escuelas... Los niños tailandeses seguían desde hacía décadas una enseñanza especialmente dedicada a la historia de la familia real, impregnada de respeto y de devoción.

Criticada hace algunos años, especialmente por universitarios, la represiva ley que sanciona el delito de lesa majestad (castigado con 15 años de cárcel) conllevaba una fuerte autocensura sobre el tema, especialmente en los medios de comunicación. Y nadie hablaba de lo que ocurría entre los muros del palacio.

Este tabú en torno al rey se reforzó tras el golpe de Estado del 22 de mayo de 2014 perpetrado, una vez más, por militares realistas que alegaron la necesidad de defender la monarquía.

El rey veía a las fuerzas armadas "como una asociación para desarrollar el país", explica Paul Handley, autor de una biografía prohibida "The king never smiles" (El rey nunca sonríe) y hoy periodista de la AFP.

El 25 de agosto de 2014, el soberano aprobó el nombramiento del primer ministro, el general Prayut Chan-O-Cha, líder del golpe, una etapa simbólica crucial para la legitimación del poder de los militares.

Desde hacía décadas, en todos los cines del país, el público se ponía en pie (so pena de acciones judiciales) cuando sonaba el himno real, acompañado de imágenes que mostraban los logros obtenidos durante el reinado de Bhumibol, apasionado por los proyectos agrícolas en general y los lagos artificiales en particular.

Bhumibol era considerado el padre de la nación, o incluso un semidios, en esta sociedad profundamente dividida entre élites tradicionales monárquicas y masas seducidas por la política social desarrollada por el multimillonario ex primer ministro Thaksin Shinawatra.

Éste fue derribado por un golpe de Estado en 2006, lo que no impidió a sus partidos ganar todas las elecciones nacionales celebradas desde entonces. Para desgracia del rey, exasperado por Thaksin desde su primera victoria en las legislativas de 2001, según los analistas.

El monarca condenó en 2006 los comicios "no democráticos" organizados de forma apresurada por el poderoso magnate de las telecomunicaciones convertido en político.

Hábil estratega político a pesar de su falta de poder constitucional (desde la abolición de la monarquía absoluta en 1932), Bhumibol logró reafirmar la monarquía e imponerse como una figura tutelar irremplazable.

Esta imagen se forjó sobre todo en su intervención durante el levantamiento popular de mayo de 1992, cuando exhortó a hacer la paz a los jefes de los dos bandos, en cuclillas ante él en señal de sumisión, ante las cámaras de televisión.

Bhumibol, cada vez más debilitado, ya no intervenía más que en raras ocasiones en los últimos años para llamar a la unidad nacional.

Entre los temas tabú, además de su fortuna colosal (Forbes lo puso en el primer lugar entre los monarcas del mundo en 2011), destacaba la misteriosa muerte por bala de su hermano mayor, el rey Ananda Mahidol, en el palacio en 1946.

Bhumibol se convirtió entonces en el rey Rama IX, noveno monarca de la dinastía de los Chakri. Precedió en siete años a Isabel II de Inglaterra, que ahora le sucede como la monarca con más tiempo en el trono.

Entre 1946 y 1950, el hombre que se vio de repente propulsado al primer plano regresó a terminar sus estudios en Suiza, país en el que pasó gran parte de su juventud tras su nacimiento el 5 de diciembre de 1927 en Estados Unidos.

No cesó a partir de entonces de construir su imagen de sabio, protector de la nación y encargado de la misión de mejorar la vida de su pueblo, imponiéndose como el denominador común de un país que registró 19 golpes o intentos del golpe de Estado a lo largo de su reinado.

En junio de 2006 celebró el 60 aniversario de su acceso al trono ante un millón de personas y 25 reyes y reinas de todo el planeta.

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