CATALUÑA. BORRELL TEME QUE EL 1-O SE PASE DE “LA VIOLENCIA VERBAL A LA VIOLENCIA FÍSICA”

- Juzga un “alucine colectivo” que la Generalitat sostenga que una Cataluña independiente sería de inmediato un Estado miembro de la UE. El expresidente del Parlamento Europeo y exministro socialista Josep Borrell mostró este miércoles su inquietud ante el hecho de que el 1 de octubre se pase de “la violencia verbal a la física” con el referéndum de independencia convocado por la Generalitat de Cataluña y que ha sido suspendido por el Tribunal Constitucional.
Así se pronunció Borrell en el encuentro ‘60 años construyendo una Europa social para tod@s’, organizado por Fundación ONCE con el apoyo del Ministerio de Exteriores y de Cooperación y celebrado este miércoles en Madrid.
En el acto también participaron José María Gil Robles y Enrique Barón y sirvió para reunir a los tres españoles que han ocupado la Presidencia del Parlamento Europeo.
La jornada, presidida por Alberto Durán, vicepresidente ejecutivo de Fundación ONCE, forma parte del programa ‘Hablamos de Europa’ y pretende contribuir al afianzamiento del proyecto europeo, divulgando su historia, su propósito, su desarrollo, y prestando una especial atención a la dimensión social y a la construcción de una Europa para todas las personas.
Dentro de esa Europa para todas las personas se enmarca la creación del Fondo Social Europeo (FSE), principal instrumento de inclusión y cohesión social a través del empleo de la ciudadanía europea, del que se habló también en este coloquio, moderado por José Manuel González Huesa, director general de Servimedia.
Borrell dijo sentirse “muy catalán” e ilustró con un ejemplo que vivió en carne propia durante las primarias socialistas de 1998 la deriva a la que se ha llegado en Cataluña.
Para ello, evocó una conversación que mantuvo por aquellos días con el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol, quien le dijo que “nunca en España la gente aceptará a un presidente del Gobierno catalán. Quizás a usted sí, porque no es catalán”.
Este recuerdo le permitió reflexionar en voz alta sobre la autoridad que se arrogan los independentistas para decidir quién es o no catalán en función de las ideas políticas que defiende.
Borrell comentó que ante el discurso independentista la pertenencia a la UE es un “elemento de referencia”. Por ello, animó a combatir con argumentos el discurso de aquellos independentistas que sostienen que una Cataluña independiente permanecería en la Unión Europea.
Explicó que tres presidentes de la Comisión (Romano Prodi, José Manuel Durão Barroso y Jean Claude Juncker) y el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, han dejado claro en distintas comunicaciones oficiales que un nuevo Estado quedaría fuera de la UE y sería un territorio donde no se aplicarían los tratados comunitarios. En caso de querer pertenecer al club comunitaria, debería pedir su ingreso y éste ser aceptado por unanimidad de los Estados miembros.
Por esa razón, consideró un “alucine colectivo” que la Generalitat pretenda convencer a los catalanes de que una Cataluña independiente sería, de inmediato, un Estado miembro de la UE. “El mensaje cala y la gente se lo cree”, lamentó.
Esto le permitió diagnosticar que la cultura política catalana padece el “efecto del trumpismo” (en referencia al presidente de EEUU, Donald Trump), según el cual los ciudadanos afirman “sé que es mentira, pero estoy de acuerdo con este engaño”.
Ante el 1 de octubre, Borrell vaticinó una “situación complicada” en la que, a su juicio, se pasará de “la violencia verbal a la violencia física”. Ante esta situación, reclamó a Bruselas que sea contundente ante la pretensión de los independentistas de “levantar fronteras nuevas”.
Desde su punto de vista, ese pronunciamiento sería beneficioso para combatir a un “independentismo radical que juega a la violencia” y que busca que la comunidad internacional se mantenga equidistante mientras avanzan hacia a la independencia.
Por su parte, Gil Robles comentó que el día 1 de octubre “cierta dosis de violencia va a haber”, ya que habrá gente “empeñada en votar” y otra gente que “lo impedirá”. No obstante, dejó claro que “hacer cumplir la ley no es malo”.
Por último, Barón llamó la atención sobre el hecho de que en la última Diada de Cataluña se quemarán las banderas de España, Francia y la UE, al tiempo que recordó a los independentistas que quien obligó a Artur Mas a abandonar la Generalitat fue la CUP “y no Madrid”.

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