CATALUÑA. PUIGDEMONT ADVIERTE AL ESTADO DE QUE “NO TIENE TANTO PODER PARA IMPEDIR LA DEMOCRACIA”

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, reiteró este lunes su propuesta de negociación con el Gobierno español para acordar un referéndum de autodeterminación, prometiendo que esperará “hasta el último minuto de la prórroga” para dialogar, pero avisando de que se convocará en cualquier caso porque, “aunque lo intente, el Estado español no dispone de tanto poder para impedir tanta democracia”.
En la conferencia que pronunció en el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid, Puigdemont dio las gracias a este Consistorio y a su alcaldesa, Manuela Carmena, con su actitud de compromiso democrática que contribuye a buscar soluciones “mientras otros con mayores responsabilidades siembran de problemas”, al negar el Senado una sala para esta conferencia. Este agradecimiento fue aplaudido por el auditorio.
“Seguramente no será el último rechazo, pero advierto: no van a caber muchos más”, avisó Puigdemont, recordando que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya ha admitido que éste es un problema grave de España. “Los gobernantes tenemos la obligación de no mirar hacia otro lado cuando reconocemos un problema”, subrayó, dudando de que la de Rajoy sea “una actitud responsable”.
Recordó también que tras el último Consejo de Ministros, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, le invitó a defender su propuesta en el Congreso de los Diputados, y se preguntó si “existe voluntad política para atender la demanda catalana”, que es la autodeterminación, que supone que el Gobierno estaría dispuesto a negociar si lo aprueba la mayoría de la Camara Baja.
Si esa invitación no es una trampa o una invitación a repetir el camino del exlehendakari Juan José Ibarretxe, “hay que actuar de manera diferente y sincera”, porque acudir al Congreso “sólo para difuminar la ausencia de voluntad política es un error, y no vamos a participar”.
“Si hay voluntad política, el método debe estar al servicio del objetivo”, remarcó, recordando el ejemplo de la rehabilitación de la Generalitat en la persona de Josep Tarradellas antes de la Constitución. “Si hay voluntad política, se encuentran los cauces para acordar”, sintetizó, de forma que, si el Gobierno español la tiene, seguro que encontrará una mayoría parlamentaria para validarlo. “Para eso, cuenten con nosotros, pero no cuenten para ningún simulacro, ninguna dilación”, conminó al Ejecutivo central.
Desde su enfoque, habría que dialogar sin líneas rojas y ofrecer el resultado a la votación del pueblo catalán, huir de visiones sacralizantes de los estados y su impunidad . “Nada es inmutable”, estableció, prometiendo que la Generalitat no se rendirá en su búsqueda del diálogo, rechazando “estériles esfuerzos dirigidos a impedir que se pueda votar” y pidiendo en su lugar argumentos en favor del no a la independencia.
Puigdemont dijo que en Cataluña no hay fractura social, ni huida de empresas, ni persecución a nadie por su lengua o sus ideas, cosas que achacó a la “perversa ingeniería narrativa” que promueven los contrarios a la autodeterminación. A la vez, tachó de irresponsabilidad “fiarlo todo al trabajo de fiscales y jueces”, que “no es la solución, sino que incrementa el problema”.
“Aunque lo intente, el Estado español no dispone de tanto poder para impedir tanta democracia”, advirtió, desatando los aplausos del auditorio. “No somos ningún desafío, ningún soufflé, ni fruto de ningún trastorno emocional”, apuntó, reclamando un referéndum acordado, reconocido internacionalmente y vinculante.
Puigdemont relató que, tras el fracaso del Estatuto de Cataluña por la sentencia del TC, los nacionalistas tuvieron conciencia de que nunca habían pintado nada, y que gracias a ello hoy hablan desde la esperanza y no desde la frustración ni el victimismo. Sin embargo, quiere negociarlo con el Gobierno español porque un referéndum acordado sería la opción más plausible para todos”.
En este sentido, garantizó que su oferta de diálogo es permanente y no que ellos se levantarán de la mesa hasta que haya un acuerdo sobre la pregunta, la fecha y las condiciones. Eso sí, advirtió, no renunciarán al referéndum, y, recordando que tal fue el programa electoral de Junts pel Sí, subrayó que ningún fiscal les prohibió proponer entonces lo que hoy ellos se proponen cumplir.
“Esperaremos hasta el último minuto de la prórroga, pero si no se articula una propuesta pactada por ausencia de voluntad, el compromiso del Gobierno catalán es democráticamente inviolable”, advirtió., prometiendo que se celebrará el referéndum y luego se negociará de nuevo con el Estado, pero para implementar su resultado.
Antes, el vicepresidente y consejero de Economía de la Generalitat, Oriol Junqueras, quien deslindó el proceso independentistas de los factores económicos, asegurando que la inversión extranjera y la exportación de productos catalanes está en cifras récord. Y, mencionando los problemas de la deuda de la Seguridad Social y el paro, reclamó responsabilidad y competencias para gestionar el desafío desde Cataluña.
Junqueras prosiguió afirmando que Cataluña trata de integrar todas las lenguas que se hablan en esta comunidad , así como las identidades compartidas. La mayoría de ellas, reconoció, con la sociedad española. Y, según dijo, el mejor instrumento para gestionarlas es la democracia, y, aunque él vote sí en el referéndum, dijo que a los que voten no le une algo más importante: la voluntad de ejercer el derecho al voto y de respetar el resultado.
El referéndum, dijo, es un instrumento “imprescindible”, con una pregunta clara, porque “la autodeterminación es un derecho inherente a todas las naciones del mundo”, que va más allá de cualquier querella o inhabilitación judicial. “no es una voluntad sólo de algunos responsables políticos”, puntualizó, advirtiendo de que no renunciarán a ese derecho fundamental.
“La mayoría de la sociedad catalana quiere votar en un referéndum”. No aceptar esa voluntad, terminó, equivale a decir que no importa su opinión, lo que impediría una relación fraternal entre iguales, entre comunidades libres. “Si no son libres, la relación no es fraterna”.
Arrancó el acto el consejero de Asuntos Exteriores de la Generalitat, Raül Romeva, prefiguró “nuevos espacios de relación entre nosotros”, España y Cataluña y aseguró que el Gobierno catalán es heterogéneo y plural pero “ha sabido gestionar con éxito estas diferencias”, desde la unanimidad de que es necesario un referéndum, pues todos son “radicalmente demócratas”.
Romeva calificó a Madrid como ciudad cosmopolita, cuya apertura “choca estrepitosamente con una estructuras estatales anquilosadas”, que se niegan a hablar y llegar a acuerdos, pese a los “lazos fraternales” con los otros pueblos de la Península, que no quieren perder, sino refundar la relación desde el pleno reconocimiento mutuo.
“No es un planteamiento maniqueo. No se trata de unos contra otros. Cataluña no va contra nadie”, proclamó. “No hay un problema catalán, pero hoy España tiene un problema. Se juega su democracia en Cataluña”. Enlazó su reivindicación con la demanda general de una democracia más real, y también con el ideal de libertad de Europa y la capacidad de ésta de integrar nuevas realidades y aceptar la identidad de cada cual.
Romeva conminó a España a actuar “de forma radicalmente distinta a como lo ha hecho en los últimos tres siglos” para acordar como dos países su relación, y lo presentó como una “triple oportunidad” para España, Cataluña y Europa. “Acepten la invitación. No lo hagan por Cataluña. Háganlo por España y como apuesta de futuro”, concluyó.

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