ONG CATÓLICAS PIDEN POLÍTICAS QUE SE OCUPEN DE LOS 21 MILLONES DE VÍCTIMAS DE TRATA QUE HAY EN EL MUNDO

- Hoy se celebra el Día Mundial contra la Trata de Personas. Las organizaciones católicas Amaranta Fundación de Solidaridad, Cáritas, Confer, Fundación Cruz Blanca y Justicia y Paz piden que se ponga a las víctimas en el centro de todos los procesos de lucha contra la trata de seres humanos y que se evite su revictimización.
Así lo revindican en un comunicado conjunto publicado en el marco de la conmemoración del Día Mundial contra la Trata, que se celebra hoy, jornada en la que recuerdan que, según la Organización Internacional de Trabajo (OIT), hay 21 millones de personas víctimas del trabajo forzoso en el mundo. Casi cinco millones de ellas son víctimas de trata con fines de explotación sexual.
Las ONG católicas subrayan que “la trata de seres humanos es la expresión cruel y moderna de la esclavitud y una de las peores violaciones posibles de los derechos humanos” y que es una realidad que afecta “a todos los países”, ya sea como origen, tránsito o destino de las víctimas.
Respaldadas por la Sección de Trata de la Conferencia Episcopal Española, las organizaciones católicas piden “que se ponga siempre el interés de las víctimas en el centro, estén o no identificadas como tales, asegurando sus derechos en todas las fases de la lucha contra la trata. Pedimos evitar la revictimización, habilitando mecanismos para que la investigación de los delitos no implique más sufrimiento para las personas”. También apelan directamente a la comunidad cristiana a no cerrar los ojos ante “esta forma tan grave de moderna esclavitud”.
“No podemos cerrar los ojos ante una realidad que mueve miles de millones de euros en forma de negocio (delito) muy lucrativo en el que están implicadas muchas más personas de lo que creemos bajo una apariencia de normalidad”, insisten.
A pesar de que la trata es una realidad “invisible”, las organizaciones católicas recuerdan a la ciudadanía que “entra” en la vida cotidiana de todos. “Detrás de las personas que piden una limosna en el supermercado de nuestro barrio, hay un posible caso de trata. Detrás del mundo oculto y ocultado de la prostitución hay mujeres que son explotadas. Detrás de la ropa que llevamos, o la fruta o verdura que comemos, puede haber sufrimiento de personas que, víctimas de la cultura del descarte a la que alude el Papa Francisco, son explotadas por interés económico; personas consideradas como mercancía, como instrumento de enriquecimiento”.
Ante este panorama, las entidades de la Iglesia denuncian que en España “todavía no existe una ley integral que aborde todas estas formas de trata, una condición que permitiría una coordinación de manera efectiva para luchar contra la trata, identificar y proteger las víctimas y asegurar sus derechos humanos”.
Por ello denuncian la existencia de políticas, como las migratorias, que aumentan la vulnerabilidad de las personas y el riesgo de ser sometidas a trata.

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