EL PSOE PIDE A LOS CONSUMIDORES QUE EXIJAN PRODUCTOS QUE NO PROCEDAN DE MINAS EN ZONAS DONDE VIOLAN A MILES DE NIÑOS

La eurodiputada socialista Inmaculada Rodríguez-Piñero pidió este lunes a los consumidores que exijan un “consumo responsable” y eviten hacerse con productos fabricados con los llamados ‘minerales de sangre’ que proceden de zonas donde se “matan a millones de personas y se violan a miles de mujeres y niños”.
Así lo manifestó Rodríguez-Piñero en una rueda de prensa en el Congreso para explicar el nuevo reglamento europeo sobre minerales de conflicto que aprobará el pleno de Estrasburgo el jueves y que obligará a las empresas a garantizar que estos materiales no provienen de minas controladas por grupos armados, las conocidas como “minas de sangre”.
La eurodiputada socialista reconoció que este reglamento supone un “acuerdo histórico” tras una negociación “larga” de dos años “intensos, complejos y difíciles”. Este lapso se ha debido en parte, dijo, a la negativa de los partidos de derecha de estar “a favor” de la obligatoriedad que exige el nuevo reglamento. Y destacó la eurodiputada socialista que el partido que lidera Mariano Rajoy ha sido uno de los “más firmes activistas en contra” de esta obligatoriedad.
Según explicó Rodríguez-Piñero, una vez que este jueves lo apruebe el Parlamento Europeo, el nuevo reglamento obliga a las empresas europeas, que importan el 35% del comercio mundial de oro, wolframio, estaño y tantalio, a garantizar que no provienen de minas controladas por grupos armados.
La parlamentaria socialista destacó que “con el comercio ilegal de estos materiales se financia a grupos armados sangrientos” por lo que confían en que, con este reglamento, se garantice que los minerales que lleguen a Europa “no proceden de minas controladas por grupos armados o de zonas donde se violan los derechos humanos”.
A su juicio, se trata de un nuevo texto de “gran importancia” que va a “permitir salvar muchas vidas humanas y evitar muchas atrocidades”, ya que “cada dos horas” se viola a una mujer, en muchos casos también niñas y niños, en Congo.

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