Cameron trata de apagar el incendio en el Partido Conservador

El primer ministro británico, David Cameron, afronta una guerra civil en su Partido Conservador provocada por la dimisión de un miembro del gobierno que criticó los recortes sociales, y a la que no es ajena el referéndum sobre la UE.

Cameron hablará este lunes por la tarde en el Parlamento por primera vez desde la dimisión de Iain Duncan Smith, el ministro de Trabajo y Pensiones, que dejó para el recuerdo una carta de renuncia incendiaria acusando al responsable de Finanzas, George Osborne, de haber cargado la austeridad sobre las espaldas de los más desfavorecidos.

El primer ministro, que acude al Parlamento después de cada cumbre europea, podría anunciar la retirada del plan para reducir 1.300 millones de libras (1.200 millones de euros, 1.400 millones de dólares) anuales en ayudas a los discapacitados, que causaron indignación en amplios sectores, incluyendo una parte de los diputados conservadores.

"Espero que conforme el gobierno siga adelante [con los recortes presupuestarios], mire de nuevo al balance de recortes que insiste en mantener y se pregunte si ha hecho lo suficiente para cumplir el [lema] 'estamos todos juntos en esto'", escribió Duncan Smith.

La dimisión llegó tan solo unos días después de que Osborne presentara sus sextos presupuestos consecutivos con duros recortes, esta vez en las ayudas a los discapacitados, al tiempo que anunciaba nuevas deducciones fiscales para las rendas del capital, lo que habría sido el detonante de la dimisión.

La renuncia sorprendió a todo el mundo -Cameron se dijo "perplejo y decepcionado", y según algunos medios llegó a insultar a su ministro en una airada conversación telefónica-, porque Duncan Smith, conocido en Wesminster como "el hombre tranquilo", era considerado el gran adalid de los recortes, y la primera reacción del Partido Laborista fue pronosticar "que no habrá muchas lágrimas por él".

Duncan Smith era el fusible que protegía a Cameron y Osborne, y su dimisión ha sido comparada a la de Geoffrey Howe, un estrecho colaborador de Margaret Thatcher cuya renuncia en 1990 precipitó la caída de la Dama de Hierro.

De hecho, los laboristas y los nacionalistas escoceses han reclamado a Osborne que siga el ejemplo de su compañero.

Pero al margen del impacto que la crisis tenga en la carrera del ministro de Finanzas, que ambiciona suceder a Cameron, se sentirá sobre todo en el referéndum sobre la Unión Europea.

Desde que se anunció la convocatoria del referéndum del 23 de junio, el partido se ha dividido entre los partidarios de la permanencia en el bloque y los detractores, a diferencia del Partido Laborista, (casi) unánimente favorable a permanecer.

"Aunque las divisiones sobre Europa no fueron la causa inmediata de la dimisión, crearon indudablemente las condiciones para la misma", sostenía este lunes el diario The Guardian en un editorial.

Osborne y Cameron defienden seguir en la UE, y Duncan Smith salir. Ahora podrá hacer campaña abiertamente junto al alcalde de Londres, otro conservador, Boris Johnson.

"Uno de los principales activos de la campaña proeuropea es la autoridad que Cameron aporta como primer ministro y el papel de Osborne defendiendo los argumentos económicos para quedarse" en la UE", recordó el Financial Times en su editorial de este lunes.

Michael Howard, antiguo líder conservador, pidió calma a sus colegas, en una entrevista en BBC Radio: "El 24 de junio tenemos que estar juntos de nuevo porque tendremos que seguir gobernando este país al menos en los cuatro años siguientes. Es algo que debemos tener muy presente, y calmarnos".

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