Los hechos se produjeron el 11 de abril de 2012 cuando J.M.B.C esperó a su expareja a las afueras de un colegio de Arrecife (Lanzarote) donde fue a dejar al hijo menor de ambos y la invitó a que le acompañara a su casa para hablar del divorcio que estaban tramitando, según recoge la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).
Posteriormente, ella que accedió a ir a la casa, cuando llegó a la vivienda, en la que ya se encontraba él, J.M.B.C. le abrió la puerta y al entrar ella cerró la puerta del domicilio con llave, acto que repetiría con la puerta del dormitorio.
Así, una vez que se encontraban ambos en el dormitorio, después de que J.M.B.C. agarrara a su expareja fuertemente del brazo y la introdujera dentro, la empujó encima de la cama y con la finalidad de satisfacer sus deseos sexuales, se bajó los pantalones y se los bajó a la fuerza a la mujer, así como el resto de ropa que ella llevaba.
Seguidamente, como la víctima se negaba a mantener relaciones sexuales con su expareja, este la golpeó en varias partes del cuerpo mientras le decía "va a ser mi esclava" penetrándola vaginalmente sin protección.
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