El presidente de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), Pedro Gragera, ha cifrado este jueves en unos 500 los puestos de trabajo de su sector que será necesario cubrir en España en un horizonte de cinco años, a la vista del incremento del tráfico aeroportuario y del nivel de envejecimiento de la plantilla.
Lo ha dicho en rueda de prensa al término del vigésimo octavo congreso nacional de USCA, que ha reunido en Compostela a un centenar de controladores aéreos para abordar unos "retos" entre los que ha citado la falta de personal y la necesidad de hacer "viable" el servicio.
Con todo, la secretaria de Comunicación de USCA, Susana Romero, ha puntualizado que en Santiago, el único aeropuerto que en Galicia no tiene su torre de control privatizada, no existe "déficit de plantilla". Eso sí, pensando en las jubilaciones que se prevén, cree que harán falta unas cinco personas para cubrir esos puestos en el próximo lustro.
En concreto, en el aeródromo de la capital gallega trabajan 36 controladores aéreos (de los 2.200 que existen en toda España también contabilizando las 12 torres liberalizadas), si bien dos de ellos han sido trasladados temporalmente a Barcelona.
De esos desplazamientos ha hablado el secretario general de USCA, Adolfo García, quien se ha mostrado crítico con este tipo de "parches". Máxime, como ha dicho, cuando cada zona tiene sus especificidades y, en concreto, Santiago es una de las plazas "más complicadas", entre otras cosas, por las condiciones meteorológicas.
SITUACIÓN DE LA PLANTILLA
Sobre la situación de los controladores aéreos en España, Gragera ha apuntado que su media de edad se sitúa en los 50 años en un escenario en el que, con datos "conservadores", se prevé que el tráfico aéreo siga aumentando hasta duplicar los datos actuales en los próximos 20 años.
Es por ello que ha pedido al próximo titular del Ministerio de Fomento, que el presidente del Gobierno dará a conocer este mismo jueves, que no utilice "un enfoque cortoplacista" para atender esta situación. Sobre todo, como ha apostillado, "en un país que depende tanto del turismo".
"Es una barbaridad", ha enfatizado, que la última oposición haya tenido lugar en 2006. "Queremos diálogo", ha reclamado, tras puntualizar que sus reivindicaciones no se centran en el ámbito económico, sino en la mejora de las condiciones laborales y el aumento del personal.
Y es que, tal y como ha explicado, la carencia de controladores aéreos en muchos lugares está alterando las libranzas y los descansos, lo cual está provocando dificultades de conciliación y una "fatiga crónica" que se traduce en "problemas, bajas, enfermedades...". Todo esto, ha recalcado, en una plantilla que necesita "rejuvenecer".
Así pues, el presidente del sindicato que representa al 90 por ciento de los controladores de Enaire ha vuelto a apelar al diálogo con los representantes públicos: "Dejémonos de guerras absurdas y enfoquemos cómo dar el servicio de la forma más segura y para generar riqueza".
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