Corbyn, el líder laborista más impopular tras un año en el cargo

El líder laborista británico, Jeremy Corbyn, cumple este lunes un año en el cargo, con muy pocas perspectivas de ganar unas elecciones, a juzgar por los sondeos, y presidiendo un partido fracturado.

Los laboristas están 11 puntos porcentuales detrás de los conservadores de la primera ministra Theresa May, según los informes electorales periódicos de Nuffield (por una facultad de la Universidad de Oxford).

Esta desventaja laborista se produce pese a que los conservadores acaban de vivir una de las peores crisis de su historia por la derrota y dimisión del primer ministro David Cameron en el referéndum sobre la Unión Europea, en el que se impusieron los partidarios de salir del bloque.

Son los segundos peores resultados de un líder de la oposición al año de ser elegido desde que existen sondeos, sólo superados por los 25 puntos de desventaja de los conservadores en 1998, al año de que los liderase William Hague.

Ello contrasta con los tres puntos de ventaja que los laboristas sacaban a los conservadores cuando se cumplieron doce meses de la elección de David Miliband, o los cinco que tenían los conservadores en el primer aniversario de la llegada de David Cameron a la cabeza del partido.

El Partido Laborista está dividido en torno al liderazgo de Corbyn, entre unos diputados que le ven demasiado escorado a la izquierda e incapaz de ganar las elecciones a Theresa May en 2020 y unas bases que siguen creyendo en él, sobre todo los más jóvenes.

La fractura llevó al partido a convocar unas nuevas elecciones primarias en las que Corbyn, de 67 años, es favorito para revalidar su mandato frente al aspirante, el diputado Owen Smith, gracias al continuo apoyo de los militantes y los sindicatos. Los resultados se conocerán el 24 de setiembre.

La mano derecha del líder, John McDonnell, responsable de Finanzas de los laboristas, admitió este lunes que tienen que mejorar, al comentar los sondeos.

"Yo también tengo que mejorar, lo reconozco y quiero examinar detenidamente las críticas sobre el modo en que trabajo", dijo a BBC Radio. "Jeremy es del mismo parecer", añadió.

Corbyn, un hombre con fama de izquierdista insobornable que partía como el candidato con menos posibilidades, se impuso en las elecciones internas para suceder a Ed Miliband el 12 de setiembre de 2015, con casi un 60% de los votos, rompiendo con la imagen centrista que Tony Blair impuso al partido.

Desde entonces, este diputado por el barrio londinense de Islington apenas ha tenido un respiro o un momento dulce.

A los tres días de ser líder, su decisión de no cantar el himno en un acto en recuerdo de la Segunda Guerra Mundial le costó la primera lluvia de críticas.

La primera muestra visible de divorcio con su bancada parlamentaria llegó en diciembre, cuando 66 de los 232 diputados laboristas desobedecieron su consigna y votaron a favor de bombardear Siria.

Su tímida defensa de la Unión Europea en la campaña del referéndum del 24 de junio, le valió numerosos reproches cuando se impuso el Brexit, y se puso como ejemplo de su incapacidad de llegar al electorado laborista tradicional, que, en el norte de Inglaterra o Gales, votó a favor de romper con Bruselas.

En respuesta a ello, sus diputados le plantearon una moción de confianza que perdió por 172 votos a 40, pero se negó a dimitir alegando que eso sería una "traición" a la militancia.

"Jeremy ha demostrado que es incapaz de formar un equipo eficaz y no ha logrado la confianza ni el respeto de los británicos", dijo el alcalde de Londres y figura emergente del partido, Sadiq Khan, reclamando su partida.

Sin embargo, una diputada fiel a él, Rebecca Long-Bailey, escribía este lunes en el diario The Guardian que hay que darle más tiempo y unirse tras él para derrotar a los conservadores, en un artículo titulado "en un año, Jeremy Corbyn ha transformado la política británica".

"Incluso aquellos que se oponen a las políticas de Corbyn, deben entender su deber moral básico de mantener unido al laborismo", pidió Long -Bailey.

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