Crece temor por la suerte de los habitantes de Mosul

Las organizaciones humanitarias mostraron el miércoles su inquietud por la suerte de más de un millón de civiles atrapados en Mosul, en cuya periferia se intensificaron los combates entre las fuerzas iraquíes y los yihadistas del Estado Islámico.

Los combates se intensificaron en la periferia de Mosul, bastión del Estado Islámico en el norte de Irak, particularmente en la localidad de Gogjali, al este de la ciudad, donde los yihadistas ofrecían una fuerte resistencia.

La intensificación de los combates preocupa a las organizaciones humanitarias pendientes de la situación de más de un millón de civiles presentes en la segunda ciudad de Irak.

Las tropas del Comando Antiterrorista Iraquí (CTS), fuerzas de élite del ejército, intentaban avanzar hacia el sector de Gogjali aún en manos de los yihadistas.

En la zona bajo control gubernamental, un soldado iraquí mostraba como un trofeo una bandera negra del grupo yihadista.

"La sacamos y en su lugar pusimos la bandera de Irak", afirmó orgulloso Mohammed Alí, antes de volver a la primera línea de combate para desalojar al puñado de yihadistas que frenan el avance gubernamental.

En la zona liberada el martes por las tropas iraquíes, los habitantes comienzan a salir a la calle, a pesar del ruido cercano de los tiroteos.

Fue desde Gogjali que en la víspera las tropas iraquíes penetraron el martes en Mosul, por primera vez desde la toma de la ciudad por el EI en junio de 2014.

Las tropas, apoyadas por la coalición internacional liderada por Estados Unidos, todavía no lograron establecer aún una cabeza de puente en la ciudad, pero su presencia lanza la "verdadera batalla" de Mosul, indicó un responsable militar del frente este.

Por su parte, las tropas iraquíes y aliadas que atacan por el norte se encontraban el miércoles a dos kilómetros de los límites de Mosul.

Las fuerzas del frente sur, las que tienen más distancia que cubrir para llegar a Mosul, estaban el miércoles a unos 30 km del bastión del EI.

Las tropas del frente sur avanzan hacia Hamam al-Alil, una ciudad a orillas del Tigris que antes del inicio del conflicto tenía 60.000 habitantes.

La mayoría de los responsables consideran que la batalla de Mosul será larga debido a que el EI tuvo dos años para preparar la defensa de su bastión, donde en junio de 2014 declaró el "califato".

Los yihadistas -entre 4.000 y 7.000 en la zona (de los cuales entre 3.000 y 5.000 en Mosul)- ya demostraron que están dispuestos a vender caras sus vidas frente a las decenas de miles de tropas iraquíes y kurdas.

Desde el inicio de la ofensiva el 17 de octubre, las tropas iraquíes sufrieron numerosos ataques suicidas y tiros de mortero.

El martes, las fuerzas iraquíes desbarataron un atentado suicida gracias a un emisor de radio capturado.

"Dejé a los kamikazes detrás del montículo de tierra. Cuando avancen, irán hacia ellos", dijo un yihadista en una conversación escuchada por un periodista de la AFP que cubre el avance del ejército iraquí.

Un oficial ordenó a dos vehículos militares que se acercaran al lugar para hacer salir a los kamikazes de su posición y dejarlos a tiro de un ataque aéreo, que los eliminó.

El inicio de los combates en zonas densamente pobladas preocupa a las organizaciones humanitarias que redoblaron los preparativos para poder acoger a los civiles que huyan de los enfrentamientos.

Las organizaciones, que esperan una huida masiva, llamaron a la creación de corredores humanitarios protegidos para poder evacuar a los civiles.

Más de 20.000 personas abandonaron sus hogares en las ciudades aledañas a Mosul desde el inicio de la ofensiva gubernamental, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

"Nos preparamos para lo peor. La vida de 1,2 millones de civiles está en grave peligro y el futuro de Irak está en juego", declaró Wolfgang Gressmann, director del Consejo Noruego para los Refugiados (NRC).

"Muchas familias fueron separadas, numerosos civiles resultaron heridos y otros muertos por disparos de francotiradores o la explosión de artefactos explosivos", afirmó Gressmann.

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