Crónicas londinenses de un ladrón fuera de lo común

La historia del "merodeador de Wimbledon" es la de un ladrón sagaz y escurridizo que ha puesto en jaque a la policía con más de 200 robos en Londres en los últimos diez años.

Wimbledon es un barrio tranquilo al sudoeste de la capital británica conocido por su torneo de tenis, sus casas de estilo victoriano y sus zonas ajardinadas. Pero desde hace años un hombre, que la prensa bautizó como "el merodeador de Wimbledon", altera esa tranquilidad.

La policía prefiere llamarlo "Coppi" por su destreza, que equiparan a las proezas deportivas del italiano Fausto Coppi, una leyenda del ciclismo.

Y es que su trayectoria delictiva es sorprendente. En espacio de diez años llevó a cabo más de 200 robos, reventando cerraduras, alarmas y cámaras de seguridad. Se llevó un botín de más de 12 de millones de euros (13 millones de dólares) entre relojes de lujo, joyas y dinero en efectivo, explicó a la AFP el inspector Dan O'Sullivan.

Entre sus víctimas figuran el tenista Boris Becker y el futbolista Nicolas Anelka, al que sustrajo un Rolex Submariner de 1955 valorado en más de medio millón de libras esterlinas.

Es "el mejor de entre los mejores", resume el investigador. "En el Reino Unido no ha habido un malhechor equivalente que actúe solo en semejante periodo de tiempo y sea capaz de amasar tal fortuna".

"En general, los ladrones acaban siempre cometiendo un error" pero en su caso no se ha detectado ninguno, constató el inspector.

No será por no haberlo intentado. Algunos agentes incluso se subieron a los árboles para pillarlo con las manos en la masa. Pero no hubo manera.

En ausencia de una pista concluyente, Scotland Yard, la policía metropolitana de Londres, lanzó un llamamiento a testigos para atrapar a este ladrón enigmático, que en los últimos meses cometió entre tres y cuatro robos por semana.

"Es el ritmo de los últimos diez años: golpear en una treintena de casas y escabullirse", explica Dan O'Sullivan.

Según las informaciones de las fuerzas de seguridad, se trataría de un hombre de unos 35 años, de estatura media, porte atlético, ágil, organizado, disciplinado y probablemente muy al corriente de las técnicas de investigación policial.

"Coppi" no deja rastro ni huellas, sabe dónde colocarse cuando entra en el campo visual de una cámara de vigilancia: se tapa la cara con la mano y con un sombrero.

El inspector O'Sullivan no descarta que se trate de un "antiguo militar", entrenado en las técnicas de desplazamiento subrepticio.

"Este individuo parece formar parte del 10% de los ladrones que preparan sus golpes", explica el experto Calvin Beckford, de la página web especializada thecrimepreventionwebsite.com.

"Es alguien muy prudente que pasa tiempo observando para reducir el riesgo de ser localizado", declaró a la AFP este experto, que recomienda a los vecinos de Wimbledon que verifiquen sus sistemas de seguridad.

Es hábil y quizá sienta fascinación por el hurto, pero no parece una amenaza seria para el vecindario. En palabras del inspector O'Sullivan lo que le hace vibrar es el delito.

"Viene y va (en el barrio), hasta ahora nunca hubo violencia. Nada que nos quite el sueño", declaró a la AFP una de sus víctimas que pidió mantener el anonimato. "Esperemos que lo pillen pronto", añade empero.

El inspector O'Sullivan ha perdido la cuenta de las horas dedicadas a este tema. "Estamos a la espera de que vuelva a empezar", afirma el policía. "Y en ese momento podremos atraparlo (....) Un día seremos nosotros los que tengamos suerte".

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