Así, la población de la Castilla y León a 1 de enero de 2016 era de 2.454.870 habitantes, frente a los 2.478.079 contabilizados en la misma fecha de 2015, y es la Comunidad que más residentes y más porcentaje de población perdió a lo largo del pasado año, por delante de Asturias (-0,88%).
En cuanto a la migración exterior, Castilla y León arrojó un saldo migratorio con el extranjero negativo, es decir, se marcharon desde la Comunidad 3.061 personas más que las que entraron. Asimismo, el saldo migratorio entre comunidades también fue negativo, ya que se fueron de la región 8.265 personas más de las que llegaron para quedarse en este territorio.
En este caso, Castilla y León fue la segunda Comunidad con peor saldo migratorio interior en 2015, sólo por detrás de Castilla-La Mancha (-8.636). Mientras tanto, en el extremo opuesto se encuentra Madrid, ya que llegaron a esta región procedentes de otras 21.809 personas más de las que se marcharon de ella.
En todo caso, el mayor descenso de población en la Comunidad castellanoleonesa es el vegetativo ya que se murieron 11.883 personas más de las que nacieron. Este dato también es el segundo peor del conjunto de las comunidades, sólo superado por Galicia (-12.269).
En España, se mantiene la tendencia a la reducción de la emigración, ya que la cifra de 352.003 personas que dejaron España con destino al extranjero fue inferior en un 12,1 por ciento a la de 2014. En todo caso, el saldo migratorio continúa en negativo (-8.389 personas), pues el país recibió a 343.614 personas procedentes del extranjero que establecieron su residencia en España.
La población del país se redujo a 46.428.422 habitantes, 11.142 menos (un -0,02 por ciento) que al cierre de 2014.
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