La denunciante aseguraba haber sido objeto de un robo por estos tres jóvenes que, previa agresión, le habrían arrebatado su teléfono móvil en la plaza de San Nicolás de la capital regional, según ha informado la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha en nota de prensa.
Las gestiones practicadas por los investigadores permitieron demostrar la falsedad de la denuncia y que, realmente, los hechos denunciados no se ajustaban a lo ocurrido, descartándose por completo la presunta autoría de los tres jóvenes, que llegaron a ser identificados por los agentes en el interior de un establecimiento de hostelería.
En su declaración en dependencias policiales, la detenida ha reconocido que el robo con violencia nunca tuvo lugar, sino que al percatarse de la desaparición de su teléfono móvil decidió denunciarlo de ese modo para poder dar parte al seguro.
Desde la Policía han insistido en que hechos como este no se tratan de un caso aislado y han recordado que simular ser víctima de una infracción penal, denunciar o acusar a otra persona de ser responsable de un hecho inexistente, es un delito sancionado con multas que pueden llegar, según el caso, a conllevar pena de prisión.
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