Diálogo en Venezuela reinicia bajo amenaza de fracaso

El gobierno de Nicolás Maduro y la oposición reanudan este viernes, a instancias del Vaticano, un diálogo que busca resolver la profunda crisis de Venezuela, en un campo minado al estar en disputa la continuidad del chavismo en el poder.

Delegados del gobierno y de la Mesa de la Unidad Democrática (MU) celebran su segunda reunión, tras iniciar el diálogo el 30 de octubre, para evaluar avances en temas como derechos humanos, situación económica y justicia, abordados en mesas separadas.

A la cita -sin hora prevista de inicio- asistirán el enviado del papa Francisco, monseñor Claudio María Celli, y los exgobernantes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá).

"Estamos empezando, hay que tener mucha paciencia. Hay que tener espíritu de respeto y convivencia, el diálogo no solo es un camino para lograr acuerdos, es un fin en sí mismo", declaró a la prensa en Caracas Rodríguez Zapatero.

De no tener éxito, el conflicto podría escalar a corto plazo pues el diálogo fue abierto justo cuando la tensión estaba al tope por la suspensión, el 20 de octubre, de un referendo con el que la MUD buscaba revocar el mandato de Maduro, que concluye en enero de 2019.

La MUD ha amenazado con levantarse de la mesa y retomar su ofensiva, pues, a la espera de gestos recíprocos, el 1 de noviembre suspendió un juicio sobre la responsabilidad de Maduro en la crisis y una marcha al palacio presidencial de Miraflores.

La oposición quiere evitar como sea que el gobierno use el diálogo para ganar tiempo, por lo que acude a la mesa exigiendo resultados concretos, luego de una tregua de once días en su ofensiva contra Maduro.

"Venezuela es una olla de presión y la válvula, que era el revocatorio, la soldaron. La MUD busca en la mesa la solución electoral a la crisis. O nos devuelven el referendo o se activa un acuerdo para adelantar elecciones", declaró el portavoz de la alianza opositora, Jesús Torrealba.

Sin embargo, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) negó una acción legal que buscaba reactivar la consulta, al declarar "inadmisible" un recurso presentado por la MUD, según un fallo difundido este viernes.

El gobierno, que convocó a la prensa a las 22H00 GMT para informar de avances del diálogo, dijo no aceptar ningún ultimátum y no contempla un adelanto de elecciones.

"No estoy obsesionado con elecciones, mañana eso lo decidirá el pueblo en el 2018. Resolver lo económico, esa es mi obsesión", declaró Maduro el jueves.

Pero para la oposición un cambio de gobierno es la única salida a la devastación económica del país petrolero, agobiado por la falta de alimentos y medicinas, y una inflación que rondará este año 475% según el FMI.

"Somos escépticos por las reacciones del gobierno. Los venezolanos necesitamos señales de cambio. Estamos al límite, porque la situación económica es una bomba que puede explotar", declaró el excandidato presidencial Henrique Capriles.

Analistas estiman improbable que el gobierno acepte reactivar el referendo o adelantar elecciones. Según Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, ello implicaría la salida del chavismo del poder, dada la impopularidad del 76,4% que, según la firma Venebarómetro, tiene el mandatario.

"Parece que la tendencia de la oposición es negociar imposibles", declaró a la AFP el politólogo socialista Nícmer Evans, fuerte crítico de Maduro.

Para Evans la MUD cometió el error de paralizar, antes de obtener resultados del diálogo, la movilización en la calle, quedándose sin mecanismo de presión. Lo demás es "pedirle al otro que entregue todo (el poder) a cambio de nada", agregó Evans.

Además de la desactivación de las protestas, la presión internacional bajó con el diálogo, apoyado incluso Estados Unidos. Pero la elección de Donald Trump abre ahora incertidumbres en la relación con Venezuela y la actitud hacia el proceso de conversaciones.

Los analistas ven más factible avanzar en otras áreas. La MUD también exige la liberación de políticos presos y un "canal humanitario" de suministro de alimentos y medicinas.

Además, la sustitución de autoridades electorales y de justicia -a las que acusa de oficialistas- y la restitución del Parlamento, de mayoría opositora pero declarado en desacato por la corte suprema.

Pero la salida electoral, prioridad para la MUD, tiene cero posibilidad de prosperar, según León: "Están hablando, pero no hay una negociación política", dijo con pesimismo.

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