Escándalo de corrupción, un puño a la mandíbula del kirchnerismo en Argentina

La grotesca escena de un exviceministro argentino atrapado in fraganti con nueve millones de dólares golpeó fuerte y dejó tambaleante al kirchnerismo que gobernó Argentina los últimos 12 años, con militantes dolidos y dirigentes en zozobra.

El escándalo con ribetes de policial, pero que supera toda ficción, del exsecretario de Obras Públicas José López atrapado cuando arrojaba bolsas de billetes por arriba de un muro hacia un monasterio habitado por dos monjas ancianas, generó una ola de repudio de las propias filas kirchneristas.

"Tomo lo de López con una inmensa tristeza, es algo espantoso que hiere no solamente a quienes están en el kirchnerismo, a la política, a la vida democrática" también, lamentó el filósofo Ricardo Forster, quien fue funcionario de la expresidenta Cristina Kirchner (2007-2015).

Como muchos de los legisladores y militantes kirchneristas, Forster defendió de todos modos los 12 años de gobierno de Néstor y Cristina Kirchner que "tuvo momentos extraordinariamente significativos y valiosos".

En las últimas horas, la exmandataria que sigue su vida muy bajo perfil en la patagónica provincia de Santa Cruz, emitió un mensaje por las redes sociales en el que pidió que se esclarezca el origen del botín de López, apuntando a los empresarios.

"Repudiar, rechazar o condenar, no alcanza", enfatizó.

"El dinero alguien se lo dio y no fui yo", escribió la expresidenta y agregó "cuando alguien recibe dinero en la función pública es porque otro se lo dio de la parte privada".

Según la prensa, López se habría enriquecido en maniobras irregulares al otorgar el financiamiento de obras públicas.

Sin perder un minuto, el bloque de diputados kirchneristas repudió en forma enfática al apresado exsecretario de Obras Públicas.

"Me da náuseas", dijo el titular del Bloque, Héctor Recalde, pero defendió al expoderoso ministro de Planificación y exjefe de López, el diputado Julio de Vido, así como a la expresidenta, al confiar en que "no conocían la característica corrupta de López".

La diputada Nilda Garré, exministra y exembajadora en la OEA de Kirchner, se dijo "indignada" por el caso.

"Me indigno porque hay muchos que abrazamos la política para transformar el país y esta gente (López) desprestigia la política. Supongo que Cristina Kirchner estará muy dolorida y preocupada", declaró.

Para el antropólogo Alejandro Grimson, "es muy inverosímil que nadie del gobierno supiera (sobre el enriquecimiento de López). La sociedad no lo cree y pide investigación a fondo", dijo a la AFP.

"Es un golpe durísimo para el kirchnerismo, una enorme desilusión en la militancia. Se murió el mito de que la corrupción está vinculada al financiamiento de la política, esta autojustificación se murió por esta obscenidad", analizó Grimson.

El de López no es el primer caso que salpica a los Kirchner. En 2007, al final del gobierno de Néstor Kirchner, estalló el "Caso Skanska", por un supuesto pago de sobornos de la empresa sueca para obtener la ampliación de dos gasoductos en Argentina.

Esa causa judicial se cerró en 2011 con todos los acusados sobreseídos, pero fue reabierta en abril pasado a pedido de un fiscal.

En el Congreso, el Frente para la Victoria (FpV) de Kirchner sufrió el miércoles la sangría de tres diputados y una senadora pero lo desvincularon del caso López.

Se sumaron a otra docena diputados que se habían ido en marzo.

"Lo que pasó nos contamina, nos hace mal. No es bueno para nadie", se lamentó Estela de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo, una de las aliadas de fuste de los Kirchner, por sus políticas sociales y de derechos humanos.

Varios artistas, kirchneristas confesos, expresaron su dolor y perturbación, mientras en las redes sociales el caso estalló en chistes y también por el debate sobre una versión que ve en este episodio una operación de los servicios de inteligencia para involucrar a la expresidenta.

"Me siento triste, avergonzado y desilusionado. Es un hecho más que desafortunado, más que lapidario y que es violento para nosotros", admitió Pablo Echarri, un popular actor y abierto simpatizante kirchnerista.

Echarri calificó el capítulo como "un hecho bisagra, un golpe fortísimo para el kirchnerismo como fuerza política".

Mostrar comentarios