EL GOBIERNO EXPRESA SU RESPALDO A UPN FRENTE A LA "PROVOCACIÓN" DE LA IKURRIÑA EN LOS SANFERMINES

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, expresó este miércoles su respaldo a las acciones emprendidas por UPN frente a la "provocación" que supuso la colocación de la ikurriña en el balcón del Ayuntamiento de Pamplona durante el chupinazo de los sanfermines.
En la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, el portavoz de UPN, Íñigo Alli, interpeló a la vicepresidenta para conocer su disposición a respaldar la moción que su formación presentará la próxima semana.
Comenzó su intervención agradeciendo el minuto de silencio con el que comenzó la sesión plenaria en recuerdo a Miguel Ángel Blanco, que extendió en un "sentido recuerdo" a su familia y a la de todas las víctimas de ETA, entre ellas a José Javier Múgica, concejal de UPN asesinado hace 16 años.
"Los que jamás condenaron los atentados" y los que vetaron la declaración institucional del Congreso, denunció, son "parte y socios" del Gobierno de Navarra y de la Alcaldía de Pamplona, que han aprovechado el "minuto más emblemático" del año, el de mayor proyección internacional, para colocar la "enseña de otra comunidad autónoma", la vasca.
Colocar esa bandera como si fuera "cooficial" en Navarra, denunció, es "todo menos intentar reconocer la pluralidad" de la sociedad navarra y constituye una "falta de respeto" a sus instituciones y un "desprecio" al sentimiento de la mayoría social. Quienes son adversarios en Euskadi, PNV y Bildu, aseguró Alli, son "aliados" en su ambición por convertir a Navarra "en una provincia más" del País Vasco gracias al "vergonzoso y vergonzante" respaldo de los "cómplices" de Podemos y de Izquierda Unida, con cuyos escaños derogaron la ley foral de símbolos con la que "finalizaba la guerra de banderas" en la región.
Alli aseguró que la bandera de Navarra acoge desde 1558 a todos los navarros, todas sus sensibilidades, sus sentimientos y creencias, también a quienes tienen "sentimiento vasco", y que la derogación de la ley ha puesto al descubierto las "intenciones reales" de esos cuatro partidos para elevar la enseña vasca a categoría de "cooficialidad".
Recordó que ya en 2015 el Tribunal Superior de Justicia dictaminó contra el alcalde de Pamplona por ese mismo motivo y las costas fueron abonadas por todos los vecinos con sus impuestos, y ahora la Justicia tendrá que sentenciar sobre los recursos interpuestos por UPN y por la Delegación del Gobierno. En su opinión, la colocación de esa bancera supone un intento de "instrumentalizar y politizar" los sanfermines de forma "sectaria" dando la razón a quienes hace poco salieron a la calle para defender sus símbolos propios.
"DELIRIOS NACIONALISTAS"
La vicepresidenta lo considera un "ejemplo de radicalidad", de "hacer de la discordia la única forma que conocen de Gobierno" y de "poner los delirios nacionalistas por delante del sentir mayoritario" de los navarros y los pamploneses. Juzgó siempre "lamentable" perder la neutralidad desde las instituciones, y alertó de que el "sectarismo político" no por ser frecuente es menos antidemocrático.
Aunque los "pactos entre perdedores" son legítimos no dan carta blanca para imponer sus tesis a la mayoría, alertó la vicepresidenta, que se dirigió al líder de Podemos, Pablo Iglesias, para criticar el "desprecio" de algunos que hablan de símbolos de todos pero solo defienden con "ardor" los que se intentan imponer desde el independentismo.
Igual que defendió el respeto por la ikurriña en las instituciones de Euskadi, pidió ese mismo respeto para la enseña navarra en Pamplona, "y de paso para la bandera de España". En democracia se puede defender el cambio de estatus de Navarra, dijo, pero "sin saltarse la democracia" y respetando sus reglas. Quienes "desprecian" toda norma que no sea la suya, añadió, no pueden calificarse como demócratas.
La vicepresidenta dijo que si la Alcaldía de Pamplona persiste en su "empecinamiento" quizá debería pagar las consecuencias "de su bolsillo personal", y reiteró que las banderas deben servir para unir a los ciudadanos, no para "fragmentar". Utilizarlas para defender reivindicaciones políticas "solo puede ser tachado de provocación", aseguró, en un caso en el que "no vale" hablar de libertad de expresión ni de apelación al pluralismo.
Soraya Sáenz de Santamaría aseguró por ello que desde el Gobierno "haremos todo lo necesario para entendernos" en la moción que UPN presentará la próxima semana, y pidió al Ayuntamiento de Pamplona y al Ejecutivo foral que trabajen para unir a la sociedad y no para generar una "fractura social".
Alli aprovechó la réplica para reiterar los principios defendidos por su formación, entre ellos el "respeto" a la cultura vasca de muchos navarros como algo "propio" pero también su rechazo a definir a toda Navarra a partir de ese componente, porque "no se corresponde" con el presente de la Comunidad ni con su historia.
La vicepresidenta expresó su confianza en que el PP, UPN y los socialistas de Navarra defenderán la neutralidad de sus instituciones y el derecho de todos los navarros a tener esa identidad foral "tan querida y respetada por el Gobierno". Por ello, se comprometió a analizar la moción y trabajar conjuntamente para hacer frente a quienes han hecho de la transgresión su "único programa" y, desde la "serenidad y la tranquilidad que da estar dentro de la ley", respetar la voluntad de todos y defender los derechos de todos los navarros.

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