HRW pide a Berlín que defienda la libertad de expresión en el caso del cómico que ridiculizó a Erdogan

EUROPA PRESS

La agencia hace referencia con esta petición al caso que concierne al cómico alemán Jan Boehmermann, que leyó un poema con menciones sexuales explícitas sobre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en la televisión germana.

Este mismo viernes, la canciller alemana, Angela Merkel, anunciaba que Alemania ha aceptado la petición de Turquía de pedir que se procese al cómico. Bajo una sección del Código Penal alemán, el Gobierno tiene que autorizar a los fiscales a procesar una causa contra Boehmermann, acusado de insultar a un líder extranjero.

"Al dar el visto bueno a un posible procesamiento al tiempo que reconocen que esta ley debería ser derogada, el Gobierno germano está cargándole a los tribunales con el muerto de la protección de la libertad de expresión, en lugar de defender sus obligaciones con los Derechos Humanos", ha indicado Hugh Williamson, director de HRW para Europa y Asia Central.

"Una posible imputación constituiría una violación contra la libertad de expresión y el Gobierno alemán está contribuyendo a ello", ha hecho saber la organización humanitaria sobre el caso del comediante, quien ha admitido que el poema era deliberadamente ofensivo y tenía como intención la de pooner a prueba los límites de la libertad de expresión.

En respuesta, el Gobierno turco amenazó con una posible acción legal a través de una petición formal al Gobierno alemán, entregada el 10 de abril, y por la que Berlín debe plantearse ahora si permite que los fiscales aborden el caso. El presidente Erdogan también ha presentado una denuncia por difamación a título personal.

En respuesta, la ONG recuerda que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos no solo garantiza la protección de las ideas consideradas inofensivas, sino "también de las que ofenden, conmocionan o perturban al Estado o a cualquier sector de la población". De igual modo, el mismo tribunal entiende que "los políticos deben tener un margen superior de tolerancia hacia las críticas".

"El uso de frases vulgares en sí mismo no es decisivo a la hora de valorar una expresión ofensiva porque podría servir únicamente a propósitos estilísticos, que deben ser protegidos junto al contenido de la expresión", reitera la corte.

"El poema", concluye Williamson, "es realmente muy ofensivo, pero debemos defender la libertad de expresión precisamente en situaciones como ésta".

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