INVESTIDURA. LOS DIPUTADOS SE RETRATARÁN AL VOTAR DE VIVA VOZ A SÁNCHEZ

Los 350 diputados del Congreso se retratarán esta semana al votar de viva voz, uno por uno desde su escaño, la investidura del líder socialista, Pedro Sánchez, como presidente del Gobierno.
La sesión de investidura, regulada en el Reglamento del Congreso en desarrollo de las directrices marcadas por la Constitución, comienza este martes a las cuatro y media de la tarde con la intervención del candidato, y después se suspenderá hasta mañana a las nueve de la mañana.
La sesión se iniciará con la lectura, por parte de uno de los secretarios de la Mesa, de la propuesta de candidato firmada por el Rey. Después Sánchez expondrá su programa de Gobierno para pedir la confianza de la Cámara, y para ello no tiene límite de tiempo.
El miércoles a las nueve de la mañana se reanudará la sesión con las intervenciones de los grupos parlamentarios de mayor a menor, con lo que comenzará el líder del PP, Mariano Rajoy, y cerrará el PSOE como grupo al que pertenece el candidato. Cada grupo dispondrá de treinta minutos, que tendrá que distribuir, en su caso, entre los distintos portavoces que deseen intervenir.
En el transcurso del debate el candidato puede hacer uso de la palabra siempre que lo solicite, y cada vez que responda a un portavoz éste tendrá derecho a una réplica de diez minutos.
Finalizado el debate el candidato puede intervenir por un tiempo máximo de diez minutos y los grupos dispondrán de un máximo de cinco minutos para fijar posición.
VOTACIÓN
Después se celebrará la votación pública por llamamiento, es decir, que desde la Mesa se irá llamando a cada uno de los diputados por orden alfabético para que desde su escaño voten “sí”, “no” o “abstención” a la investidura de Sánchez como presidente del Gobierno.
En esa primera votación, prevista para la noche del miércoles, Sánchez necesitará la mayoría absoluta para ser investido. En caso de no obtenerla, la Constitución mandata repetir la votación 48 horas después.
Así, esta segunda votación se celebraría el viernes por la noche y en ella el candidato requeriría sólo mayoría simple para ser elegido, es decir, más votos a favor que en contra al margen de las abstenciones. Si obtiene la confianza necesaria, el presidente del Congreso lo comunicará al Rey para que le nombre presidente del Gobierno.
Si Sánchez no consigue ser investido, estará en manos del Rey convocar una nueva ronda de contactos con los líderes de los partidos con representación parlamentaria para volver a proponer, en su caso, a un nuevo candidato a la investidura. Para ello existe un plazo constitucional de dos meses que empieza a correr desde la primera votación.
Expirado ese lapso de tiempo, el presidente del Congreso tendría que someter a la firma del Rey el decreto de disolución de las Cámaras para convocar nuevas elecciones para el 26 de junio.

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