Incidentes en referéndum sobre proyecto de nueva Constitución en Costa de Marfil

El referéndum sobre una nueva Constitución en Costa de Marfil se vio perturbado el domingo por varios incidentes en colegios electorales, aunque las autoridades aseguraron que la jornada se había desarrollado globalmente "bien".

Grupos de jóvenes saquearon y robaron material electoral en varias ciudades del país: en Yopougon y Marcory, dos barrios populares de Abiyán, la capital, en Gagnoa (270 km al oeste de Abiyán, feudo electoral del expresidente Laurent Gbagbo), en Divo, en Daloa y en Dabou.

El ministro del Interior, Hamed Bakayoko, habló de incidentes en unos "100 colegios electorales (de un total de 20.000)", pero aseguró en cambio que las "cosas se (desarrollaban) bien en el conjunto" del país.

En Yopougon, un barrio de tendencia opositora, unos 50 jóvenes bloquearon una calle y luego tres de ellos vandalizaron los nueve centros de voto de la escuela Sicogi II Marché.

Un total de 6,3 millones de marfileños estaban llamados a las urnas en este referéndum. Los resultados se esperan antes del jueves, aunque una fuente de la Comisión Electoral Independiente afirmó que éstos podrían llegar "el lunes a última hora o el martes, como muy tarde".

El proyecto de Constitución, que fue aprobado mayoritariamente por el Parlamento, cambia las reglas para ser presidente. Según la normativa actual si una persona quiere ser presidente, sus dos padres deben haber nacido en el país.

Este tema es muy sensible en el país, ya que fue uno de los factores que desencadenó los disturbios hace cinco años cuando fue elegido el presidente Alassane Ouattara, cuyo padre nació en el vecino Burkina Faso.

Ouattara había pedido el viernes a los marfileños que acudieran "masivamente a las urnas".

"Todos estamos llamados a hacer una elección, que consolidará la trayectoria de la paz, de la seguridad y del desarrollo que hemos comenzado. Una elección que cerrará finalmente el capítulo del pasado" y de las crisis politicomilitares que han sacudido el país durante una década, declaró el presidente en la radio y la televisión.

Por su parte, la oposición juzgó el texto sometido a voto "retrógrado" y "monárquico" y pidió a los ciudadanos que no fueran a votar.

Algunos observadores consideran que el poder necesitaría obtener, al menos, el mismo porcentaje de "síes" con que se aprobó la Constitución de 2000, que fue del 87%, para que el nuevo texto sea legítimo.

Además, el proyecto establece cambios en la función presidencial y prevé la creación de un senado y del puesto de vicepresidente.

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