El Ejército sirio y el partido-milicia libanés Hezbolá han proporcionado paso seguro a 600 personas, milicianos de Estado Islámico --aproximadamente la mitad-- y civiles, después de que entregaran su enclave en la frontera de Siria con Líbano.
La coalición internacional, sin embargo, ha recalcado que no participó en el acuerdo, pero ha afirmado que los autobuses que permanecen en el desierto están recibiendo provisiones de comida y agua. El sábado Hezbolá denunció que la coalición impedía la entrega de ayuda humanitaria a los pasajeros del convoy.
En cuanto a la parte del conjunto que ha cambiado de rumbo, la coalición ha indicado que la vigilará y le impedirá la entrada en el territorio controlado por Estado Islámico.
El convoy partió de la frontera sirio-libanesa e inicialmente intentaba llegar a las zonas controladas por la organización en el este de Siria desde la frontera con Líbano. Todos los vehículos al completo se encontraban en el desierto sirio cuando se ha producido la separación y ahora solo una parte continúa su camino.
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