La reelección de Ader se ha decidido en segunda votación, con 131 votos a favor, porque en la primera el partido gobernante, Fidesz, no ha conseguido la mayoría de dos tercios requerida. El candidato opositor, Laszlo Majtenyi, solo ha recibido 39 votos.
"En poco más de un año os enfrentaréis a una prueba", ha dicho Ader en alusión a la cita electoral. "El ruido del debate político se amplificará en los próximos meses" y debéis velar por el interés nacional antes que por el partidista, ha subrayado.
Ader, de 57 años, ha sido un aliado clave de Orban. Pese a su papel ceremonial, ha proporcionado al primer ministro un sólido respaldo, excepto en contados casos, como el intento del Gobierno de esconder unos 1.000 millones de euros del Banco Central al escrutinio público.
"Los poderes presidenciales son limitados y no es previsible que Ader desafíe las líneas generales de la política de Fidesz", ha dicho Andrius Tursa, del 'think tank' Teneo Intelligence, indicando que, por tanto, la reelección de Ader significa "la continuidad del dominio de Fidesz".
Fidesz disfruta de una cómoda ventaja, según los últimos sondeos sobre intención de voto. El puesto de segunda fuerza parlamentaria se lo disputan el Partido Socialista y la formación nacionalista Jobbik.
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