Saavedra, conocido por defender a la Duquesa de Alba y a otros tantos famosos, se ha sentado durante unos minutos en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Madrid por estafar a Rigau.
Estaba previsto que se le juzgará por los delitos de deslealtad profesional en concurso ideal con estafa continuada y apropiación indebida, pero finalmente la vista ha sido suspendida. Rigau le pide una pena de cinco años de cárcel.
Al inicio, el acusado ha manifestado que renunciaba a su defensa, ya que éste debía estar hoy en el juicio por el caso Gürtel por la declaración de tres exministros. Además, se ha negado a asumir él mismo su defensa.
Ante la renuncia, el fiscal ha tachado su comportamiento de "auténtico despropósito", ya que el señalamiento se hizo con tiempo para que hubiera buscado a otro abogado. "Esto es un desprecio y una desconsideración. Las cosas no pueden ir así", ha destacado.
A sus palabras se ha adherido la abogada Teresa Bueyes, que defiende al empresario barcelonés. Ésta le ha acusado de usar "una estratagema dilatoria" para evitar de nuevo el juicio.
HECHOS A JUZGAR
A tenor de su escrito de conclusiones provisionales, el procesado, abogado, perjudicó de forma notoria a su cliente, un joven español del que la revista Hola, en octubre de 2006, anunció que iba a contraer matrimonio con una conocida y veterana actriz italiana.
Cuando a raíz de la publicación de esta noticia comenzó contra él una campaña en diversos medios de comunicación contra él, el joven contrató los servicios del abogado procesado para hacer frente a las personas que decían de él que era un mentiroso, un gigoló o un delincuente.
Saavedra, para detener la preocupación que en el joven causaban esas calificaciones, comenzó a interponer constantes y repetidas demandas contra el honor, solicitando indemnizaciones que oscilaban entre los 200.000 y los 300.000 euros con el exclusivo ánimo -dice la Fiscalía-, de que cuantas más demandas se presentaran y cuanto más dinero se reclamara, más facultado estaba para interesar de su cliente mayores cantidades económicas en concepto de provisión de fondos y minuta profesional.
Como método de actuación interpuso demandas contra diferentes programas de televisión de varias cadenas (aunque muchas fueron inadmitidas por defectos de forma) e incluso llegó repetir la misma demanda hasta en cinco juzgados diferentes.
De las cuarenta y cuatro demandas que prometió presentar, sólo inició la mitad. Sólo ganó dos y por un importe sensiblemente inferior al que exigía, que no llegó ni a 3.000 euros, aunque en provisión de fondos llegó a ingresar 237.000 euros. El joven español reclama una indemnización de más de 433.000 euros y una procuradora 34.000.
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