El Libro Verde de Gadafi, condenado al olvido en Libia

Cinco años después de la muerte del dictador libio Muamar Gadafi, su Libro Verde, opúsculo sagrado y omnipresente durante más de tres décadas en el país norteafricano, se ha convertido en un objeto tabú cuya posesión puede acarrear represalias.

Publicado hace cuarenta años, el texto hizo las veces de "Constitución" desde 1976 hasta 2011, dando forma a la vida política, económica y social de la "Jamahiriya" (Estado de las masas) de Gadafi.

Sentado tras un mostrador donde todavía se exponen algunas postales con lemas del Libro Verde, Abdessalam, propietario de una librería de Trípoli, afirma no haber "guardado ningún ejemplar en los estantes".

"Mi librería sería inmediatamente incendiada si expusiera este libro", explicó en voz baja a la AFP, echando un vistazo general a la tienda.

"Nadie aquí es partidario del régimen de Gadafi y el simple hecho de poseer ese maldito libro [...] tendría repercusiones desastrosas", agregó.

Muamar Gadafi anunció una "tercera teoría universal" en su Libro Verde, siete años después del golpe de Estado que lo llevó al poder en septiembre de 1969.

Muy rápidamente, esta "tercera vía" anticapitalista y antimarxista se convirtió en el preludio de un régimen despótico que gobernó en Libia hasta su muerte, el 20 de octubre de 2011.

"Poco antes de la revuelta de 2011, agentes de la seguridad del régimen me trajeron un partida del Libro Verde. Me pidieron que la repartiera entre mi círculo cercano", explicó Ahmad, un periodista local. "Me deshice [de ella] recientemente por miedo a provocar problemas a mis allegados", admitió.

Por todas partes, los lemas del Libro Verde se inmiscuyeron en la vida de los libios: en las casas, en las etiquetas y los envoltorios de las mercancías, ya que todo era importado por el Estado.

En las escuelas, se imponían los lemas en el programa de enseñanza, de los tres ciclos. Decoraban las paredes de las administraciones públicas y aparecían en los muebles de los despachos.

"El Libro Verde nos perseguía allá donde fuéramos, en la escuela, en la televisión y en la calle", recordó Ahmad, padre de ocho hijos.

Incluso los carteles de las tiendas debían llevar obligatoriamente los eslóganes "Asociados, no asalariados" y "Los comités están por todas partes". En las paredes de los colegios se podía leer: "La enseñanza obligatoria es una ignorancia impuesta".

"La mayoría de nosotros ni siquiera lo ha leído, y lo poco que sabíamos nos costaba entenderlo", ironizó Ahmad, sonriendo.

Los libios se mofaban de los escritos del Libro Verde, sobre todo de aquéllos que eran de una obviedad palpable pero que su "Guía de la Revolución" presentaba como verdades inéditas: "La gallina pone (huevos) pero el dinar no pone", "La mujer y el hombre son seres humanos", "La mujer tiene menstruaciones y el hombre, no".

En la actualidad, a pesar de que los colores hayan perdido su lustre, los grafiti en las paredes de Trípoli frente al mar se burlan de Gadafi y de su "obra maestra", ilustrando a ambos en un contenedor de basura, rodeados de moscas y acompañados de la inscripción: "Al infierno tú y tu libro".

En otro muro, un juego de palabras en árabe transforma el título en libro "de idiotas".

Pese a los tristes recuerdos que la obra sigue suscitando, algunos libios siguen guardando celosamente algunas copias, sobre todo, coleccionistas nostálgicos.

"He reunido todos los ejemplares que estaban desperdigados aquí y allá en mi casa y [que tenían] mis allegados a lo largo de los años y los he escondido", contó Maha, una mujer de unos 50 años, empleada en una agencia de viajes de la capital.

Puesto que Gadafi nunca erigió una estatua con su efigie, tras la revolución, se celebraron quemas de libros públicas. Se prendió fuego a las reservas del libro y se destruyeron las esculturas que representaban los tres capítulos de éste.

"Este libro atestigua una de las páginas más tristes de la historia de mi país", indicó Maha, mientras servía un café con cardamomo.

"El libro verde ha desaparecido de la circulación pero sus efectos siguen siendo visibles. Las desgracias que vivimos hoy son el fruto del pensamiento difundido por ese libro", concluyó Ahmad.

Mostrar comentarios