UNOS 168 MILLONES DE NIÑOS EN TODO EL MUNDO ESTÁN OBLIGADOS A TRABAJAR

- Hoy se celebra el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Alrededor de 168 millones de niños en todo el mundo están obligados a trabajar, de los cuales 85 millones realizan labores peligrosas y muchos de ellos viven en zonas afectadas por conflictos y catástrofes, según datos facilitados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se celebra este lunes.
Naciones Unidas se centra este año en abordar el efecto de los conflictos y los desastres naturales en el trabajo infantil y subraya que más de 1.500 millones de personas viven en países afectados por conflictos, la violencia o la inestabilidad, y cada año cerca de 200 millones son víctimas de catástrofes naturales, un tercio de las cuales son niños.
En una declaración difundida con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, recogida por Servimedia, la ONU indica que estas situaciones extremas tienen "un efecto devastador" en las vidas de esas personas. "Mueren, resultan mutiladas y heridas, se ven obligadas a abandonar sus hogares, se destruyen sus medios de subsistencia, se les aboca a la pobreza y el hambre, y se violan sus derechos humanos", indica.
En este sentido, añade que "los niños suelen ser las primeras víctimas" al destruirse las escuelas y los servicios básicos. "Los menores desplazados o refugiados en otros países son particularmente vulnerables a la trata y al trabajo infantil", apunta la ONU.
El trabajo infantil es una violación del derecho internacional y de las convenciones de las Naciones Unidas, incluyendo los Convenios de la OIT sobre trabajo infantil (el de la edad mínima de admisión al empleo y el de las peores formas de trabajo infantil, ratificados por 169 y 180 Estados, respectivamente) y la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Niños.
Por otro lado, el director general de la OIT, Guy Ryder, subrayó que en épocas de conflicto o catástrofe "con frecuencia se destruyen hogares, escuelas y medios de subsistencia y los sistemas de protección familiar y social se quiebran con facilidad, lo que entraña un aumento de los riesgos vinculados al trabajo infantil y al tráfico de personas".
Ryder indicó que entre los menores más vulnerables están los refugiados y los migrantes, sobre todo los que se han visto separados de sus familias, así como los que se dedican a la minería “recogiendo desechos de metales y minerales en zonas devastadas por la guerra, retirando escombros o trabajando en las calles”.
Algunos acaban ejerciendo de combatientes en guerras de adultos, siendo objeto de uso y abuso como espías, ayudantes y porteadores, y cayendo a menudo víctimas de explotación y abuso sexual. "No podemos dar la espalda a esta cruda realidad. Todos los niños tienen derecho a gozar de protección contra el trabajo infantil", aseveró.
"NIÑAS INVISIBLES"
Por otro lado, la ONG Plan International aseguró que cerca de 10 millones de menores en todo el mundo trabajan en el servicio doméstico en condiciones de esclavitud, “ocultos” en las viviendas de sus empleadores sin que sus actividades puedan ser controladas. El 67% de esos trabajadores domésticos menores de edad son niñas.
El empleo de niñas en el servicio doméstico es una práctica habitual en América Latina y África, pero tiene una especial incidencia en el sudeste asiático en países como Filipinas, India, Pakistán o Bangladesh, sobre todo en las grandes ciudades. Las mujeres conforman el 60% de los 572 millones de trabajadores pobres en el mundo y son asistentas domésticas durante jornadas interminables, aisladas de la sociedad y sin posibilidad de asistir a la escuela, corriendo el riesgo de sufrir abusos físicos, psíquicos y sexuales.
Plan International lamentó que el trabajo doméstico infantil no sólo es aceptado social y culturalmente en muchos países, sino que es percibido de manera positiva como un tipo de empleo no estigmatizado y preferido ante otras labores, en particular para las niñas.
“Es un avance importante en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) la inclusión de una referencia explícita a la carga oculta del trabajo doméstico como barrera a la educación y al empleo decente, pero no es suficiente. No basta con visibilizar la situación de las llamadas niñas invisibles, es preciso que los gobiernos y las instituciones legislen e incluyan en sus agendas el objetivo de limitar el trabajo doméstico y garantizar el acceso a la educación de la niñas y jóvenes, especialmente en emergencias”, explicó Concha López, directora general de Plan International.
CAMBIO CLIMÁTICO
Por su parte, la Fundación Tierra de Hombres difundio un informe que demuestra cómo los efectos del cambio climático fomentan la explocación laboral de los menores por las condiciones meteorológicas extremas, las sequías, el agotamiento de los recursos naturales, la contaminación o los desechos tóxicos.
El informe recalca que la alteración de los ecosistemas motivan las migraciones, sobre todo de las zonas rurales a las urbanas, ya que dependen en su mayoría de la agricultura y la escasez de tierras fértiles, agua o leña como combustibles imposibilitan su desarrollo. Así, los hogares más pobres se ven obligados a sacar a sus hijos de la escuela para que trabajen y conseguir nuevas fuentes de ingresos.
A este respecto, los menores dejan de estar escolarizados para exponerse a la explotación infantil, inhalación de substancias tóxicas o condiciones de trabajo intolerables, que afectan a su sistema nervioso central, inmunitario y digestivo.
El informe asegura que el cambio climático en Burkina Faso provoca condiciones meteorológicas imprevisibles y el agotamiento de los suelos causa migraciones en busca de ingresos, en la India la duración de la migración estacional ha aumentado de tres a seis meses (con lo que muchos niños trabajan en lugar de ir a la escuela), en Nicaragua hay una fuente de ingresos “lucrativa y de fácil acceso” para los menores en vertederos a cielo abierto y en Nepal existen famlias que trabajan junto a sus hijos en fábricas de ladrillos por la alta demanda para la reparación de las viviendas debido a los desastres naturales.

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