CASI TRES MILLONES DE PERSONAS EN MALAWI ESTÁN EN RIESGO ALIMENTARIO POR LA SEQUÍA Y LA LLEGADA DE REFUGIADOS

Alrededor de 2,9 millones de personas están en riesgo de inseguridad alimentaria por la situación que vive Malawi. En los últimos meses ha recibido más de 11.500 mozambiqueños (la mitad niños) que huían de la violencia, que se suman a los 25.000 refugiados de la República Democrática del Congo, Burundi y Ruanda que ya acogía. Además, la escasez de lluvias de la última temporada agrícola ha obligado a declarar la situación de desastre nacional.
Así lo denunció este miércoles en un comunicado la ONG Acción contra el Hambre que trabaja en la zona, que podría llegar a los 30.000 solicitantes de asilo mozambiqueños a final de año si no cesan los enfrentamientos entre el Gobierno y la oposición.
La constante afluencia de gente ha desbordado las instalaciones de acogida y se ha tenido que reabrir un campo de refugiados donde la ONG ofrece asistencia de emergencia (rehabilitación de puntos de agua, instalaciones sanitarias, promoción de la higiene, apoyo nutricional, acceso a comida y material de abrigo).
A ello hay que añadir la inseguridad nutricional del país, pues Malawi ha sufrido una serie de eventos climáticos extremos encadenados en el tiempo durante los dos pasados años. El retraso de las lluvias, seguido de fuertes precipitaciones que provocaron inundaciones generalizadas, ha dado paso a un nuevo déficit de precipitaciones que ha dañado el rendimiento de los cultivos y ha reducido su producción.
“La llegada de la población mozambiqueña que huye del conflicto puede generar tensiones por los escasos recursos disponibles. La situación podría desembocar en hostilidades y en el incremento de la vulnerabilidad de niños, mujeres embarazadas y ancianos entre la población de acogida. Si a esto le sumamos que la mitad de los solicitantes de asilo mozambiqueños son niños menores de 11 años, nos encontramos con un escenario muy delicado en el que es prioritario dar respuesta a las necesidades básicas más inmediatas de la población afectada y, a la vez, requiere estar apoyando al país con soluciones de más largo plazo y sostenibles”, relata, Chiara Saccardi, responsable del equipo de emergencia de Acción contra el Hambre, desde Lilongüe.
Actualmente, Acción contra el Hambre responde a las necesidades más inmediatas de agua, saneamiento e higiene el campo de Luwani mediante la rehabilitación de pozos y la instalación de letrinas, así como campañas de sensibilización para la promoción de la higiene. Asimismo, se están distribuyendo raciones de alimentos preparados y se está planificando el equipamiento necesario para montar ‘baby tents’, espacios seguros donde madres y niños recibirán apoyo psicosocial para afrontar el impacto de la catástrofe.

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