Macron logra una mayoría absoluta menos amplia de lo previsto y marcada por la abstención

  • El centro-derecha se sitúa como segunda fuerza y Le Pen y Mélenchon obtienen por primera vez escaño La Asamblea Nacional sufre una importante renovación de sus integrantes y acogerá a una cifra récord de diputadas
EUROPA PRESS

El centro-derecha se sitúa como segunda fuerza y Le Pen y Mélenchon obtienen por primera vez escaño

La Asamblea Nacional sufre una importante renovación de sus integrantes y acogerá a una cifra récord de diputadas

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha obtenido este domingo una clara mayoría absoluta en la Asamblea Nacional pero menos amplia de lo que auguraban los sondeos, en una segunda vuelta de las elecciones parlamentarias que ha estado marcada por la abstención histórica del 57 por ciento.

En total, su partido, La República en Marcha (LREM), y su aliado Movimiento Democrático (MoDem), han obtenido 350 escaños del total de 577 de la Asamblea Nacional, una mayoría cómoda aunque lejos de la hegemonía total que auguraban las proyecciones tras la primera vuelta, con entre 440 y 470 escaños.

La entrada de los candidatos de LREM, un partido que tiene menos de dos años de vida, ha sido uno de los principales motivos de la gran renovación experimentada por la Asamblea, junto al hecho de que muchos diputados optaron por no renovar mandato. Según los cálculos hechos por 'Le Monde', de los 577 diputados, 432 no estaban en la anterior legislatura y de los 350 diputados que han tratado de revalidar su escaño, solo 145 lo han logrado, lo que ha dejado fuera del hemiciclo a figuras históricas y exministros.

Otro dato reseñable es que la nueva Asamblea contará con una cifra récord de mujeres: un total de 223 parlamentarias, el 38,65 por ciento del total, según ha destacado Catherine Barbaroux, presidenta interina de La República en Marcha (LREM).

Macron ha visto colmadas sus expectativas con este resultado, que no ha valorado públicamente aún, y respaldado con una cómoda mayoría podrá poner en marcha su programa electoral, uno de cuyos puntos fuertes es la "moralización" de la vida política.

Los seis ministros que optaban a un escaño han conseguido hacerse con uno, así que no tendrán que dejar el Gobierno, que se espera que anuncie su renuncia en breve, como viene siendo tradicional, y en el que el primer ministro, Edouard Philippe, podría introducir algunos cambios.

El portavoz del Gobierno, Christophe Castaner, muy cercano a Macron, ha reconocido que el resultado electoral supone una "gran responsabilidad". "La verdadera victoria no fue la de ayer, será dentro de cinco años, cuando hayamos conseguido que las cosas hayan cambiado", ha defendido.

Además, el MoDem ha renacido en un momento en que parecía abocado a su desaparición. Su líder, François Bayrou, optó por no presentarse a las presidenciales y dar su apoyo a Macron, convencido de que el antiguo ministro tenía más opciones que él de llegar al Elíseo. Su apuesta le ha salido bien y actualmente es ministro de Justicia y su partido ha logrado 42 escaños.

Tras este buen resultado, Bayrou ha querido dejar claro a Macron que su apoyo no es un cheque en blanco y que espera de él "una acción política coherente y fuerte y, al mismo tiempo, respetuosa con las sensibilidades que componen la mayoría".

LOS REPUBLICANOS, SEGUNDA FUERZA

En segunda posición han quedado Los Republicanos, que han conseguido salvar los muebles y obtenido un resultado mucho mejor de lo que apuntaban los sondeos. En total, la segunda fuerza en la Cámara Baja contará con 113 escaños, mientras que sus aliados de la Unión de Demócratas e Independientes (UDI) han obtenido 18 escaños y podrán formar grupo parlamentario propio.

En opinión del secretario general de Los Republicanos, Bernard Accoyer, los franceses han escuchado "el llamamiento a la movilización" realizado desde el partido, pero también desde otros grupos de la oposición, a evitar que Macron se hiciera con una mayoría hegemónica en el Asamblea.

Su jefe de filas en estas elecciones, François Baroin, ha destacado que ahora contarán "con un grupo lo suficientemente importante para hacer escuchar sus convicciones y valores".

No obstante, el partido sale golpeado del maratón electoral del último mes en Francia, tras no conseguir que su candidato a la Presidencia, François Fillon, pasara a segunda vuelta y lograr este domingo su peor resultado, con un riesgo claro de división en las próximas semanas y a falta de encontrar un nuevo líder.

LOS SOCIALISTAS, HUNDIDOS

Tercera fuerza serán los socialistas, que han culminado con estas elecciones su hundimiento, tras obtener unos exiguos 29 escaños --44 en total si se suma a sus aliados--, frente a los 285 de la anterior Asamblea.

La formación deberá acometer ahora un proceso de renovación tras quedar quintos en las presidenciales y ante el mal resultado de las parlamentarias, que ya han provocado una salida, la de su secretario general, Jean-Christophe Cambadélis, quien no consiguió pasar a segunda vuelta y anunció este domingo su dimisión.

Está por ver qué corriente es la que consigue imponerse y quién es su nuevo líder, ya que el partido se encuentra dividido entre un sector más radical y que se alinea más con algunas de las ideas que propugna el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, y un sector más socialdemócrata y por tanto a priori más próximo al actual inquilino del Elíseo.

Por lo pronto, hay varias iniciativas en marcha, desde la que llama a "reinventar la izquierda" y que incluye a su líder parlamentario, Olivier Faure, y la exministra Najat Vallaud-Belkacem entre otros, pasando por 'Desde mañana', el manifiesto que lanzaron tras las presidenciales la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, junto con la antigua líder del PS Martine Aubry entre otros. Por su parte, Benoît Hamon, el malogrado candidato presidencial, lanzará su propio movimiento trasversal el 1 de julio.

MELENCHON Y LE PEN, DIPUTADOS

Uno de los ganadores de este domingo ha sido Mélenchon y su partido Francia Insumisa que, tras obtener 17 escaños, contará con grupo propio en la Asamblea. Tras su cuarta posición en las presidenciales, el antiguo socialista aspira ahora a erigirse en el líder de la principal fuerza de izquierda en Francia, en detrimento de su antiguo partido.

La noche del domingo fue más gratificante para Marine Le Pen que la de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. La líder del Frente Nacional ha obtenido por fin a la tercera su acta de diputada y además ha llevado a su partido a lograr ocho escaños, frente a los dos de la pasada legislatura, aunque lejos de los quince que buscaba para tener grupo propio.

Pese a todo, Le Pen también deberá afrontar problemas en las filas de su partido, con toda la atención puesta en su 'número dos', Florian Phillipot, que no ha logrado hacerse con un escaño y que lleva semanas siendo objeto de críticas por sus compañeros de filas.

Además, uno de sus diputados, Gillbert Colard, que ha conseguido revalidar el escaño que ya tenía en la anterior legislatura, se ha mostrado muy crítico con el resultado. "No debemos cantar victoria porque el Frente Nacional recibió un sagrado golpe en la cabeza", dijo este domingo, defendiendo la necesidad de "reflexionar muy seriamente" sobre el funcionamiento y la organización del partido.

VICTORIA CONTESTADA DE VALLS

Uno de los cruces que más expectación generaba era el protagonizado en Essonne por el exprimer ministro socialista Manuel Valls quien, tras no conseguir entrar en las listas por LREM, se presentó por libre. Valls anunció su victoria por 139 votos pero su rival, la candidata de Francia Insumisa Farida Amrani, no ha aceptado el resultado y pretende recurrirlo, ya que sospecha de posible fraude en algunos colegios electorales.

"No hay ninguna base para la contestación de mi elección y su regularidad", ha defendido este lunes Valls en su cuenta de Twitter, expresando su intención de acudir este mismo lunes a la Asamblea para tomar posesión de su escaño. "Invito a todos a respetar la democracia y la elección de los electores. No permitiré que la más mínima duda respecto a mi elección", ha insistido.

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