En una entrevista concedida al diario 'Clarín', la canciller saliente ha confirmado que no se responsabilizará de la misión diplomática en España ni tampoco de la de Francia, que hasta dirigía Jorge Faurie, elegido nuevo ministro de Relaciones Exteriores.
Malcorra ha explicado que después de haber sido canciller no encuentra "un rol atractivo" en el cargo de embajadora. "Tengo una visión de los temas más amplia y global", ha detallado, recalcando que sí mantendrá su rango de ministra 'ad honorem', desde el que seguirá asesorando al presidente con quien, ha reconocido, no ha coincidido en todo durante su paso por el Ministerio de Exteriores.
"Sí es cierto que no siempre coincidí en un cien por ciento con la Jefatura de Gabinete. Pero también tengo que decir que cuando planteé mi punto de vista ha sido escuchado y atendido y en términos generales el consejo de esta cancillería fue seguido y respetado", ha señalado, sin querer dar detalles "de la gestión día por día".
El presidente anunció el lunes ante los medios la salida de Malcorra, una "pieza fundamental" en los esfuerzos de "reinserción" que emprendió hace año y medio el país sudamericano.
Malcorra entró en el Gobierno de Macri procedente de Naciones Unidas, donde llegó a ser la jefa de gabinete del ex secretario general Ban Ki Moon. La ministra se lanzó de hecho a la carrera para suceder a Ban, en la que finalmente se impuso el portugués António Guterres.
Hasta que se produzca el relevo ministerial, el 12 de junio, Malcorra mantendrá la agenda ya fijada, lo que implica un viaje a Washington que ha comenzado este martes. Antes de esta visita, ha mantenido su primer encuentro con Faurie para empezar lo que ha definido como "una transición ordenada".
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