Malí declara el estado de emergencia durante un periodo de diez días por la "precaria" situación de seguridad

  • El Gobierno de Malí ha declarado este miércoles el estado de emergencia durante un periodo de diez días debido a la "precaria" situación de seguridad en el país.
EUROPA PRESS
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En su comunicado, el Consejo de Ministros ha indicado que la decisión "afecta a la totalidad del territorio nacional", agregando que "reforzará los dispositivos de prevención y de lucha contra el terrorismo".

Asimismo, ha adelantado que su posible prórroga será tratada el 29 de abril --cuando la medida llega a su fin-- "en caso de que la situación de seguridad lo justifique", según ha recogido el portal local de noticias Malijet.

El Gobierno ya declaró el estado de emergencia el 30 de marzo, si bien caducó el 9 de abril sin que las autoridades decidieran extender la medida.

La decisión ha sido adoptada apenas un día después de la muerte de cuatro militares en un ataque ejecutado por una coalición yihadista contra una base militar en la localidad de Gurma Rahrus, ubicada en la provincia de Tombuctú (norte).

El ataque dejó al menos 16 soldados malienses heridos, mientras que las fuerzas de la 'Operación Barkhane', lanzada por Francia, mataron al menos a una decena de los atacantes.

La autoría del ataque fue reivindicada por la nueva alianza Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes, creada en marzo bajo la égida de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) e integrada por Ansar Dine, el Frente de Liberación de Macina y Al Murabitún, este último encabezado por el destacado yihadista argelino Mojtar Belmojtar.

Horas después resultaron heridas tres personas, dos 'cascos azules' y un civil, tras estallar un artefacto explosivo al paso de un vehículo de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de Naciones Unidas en Malí (MINUSMA) al sur de la localidad de Tesalit, situada en la región de Kidal (norte).

El jefe de la MINUSMA, Mahamat Salé Annadif, condenó estos ataques, expresando su preocupación por la inseguridad en el norte y el centro del país africano.

"No pasa un día en el que no recibamos informes sobre actos abominables de terrorismo cometidos por los enemigos de la paz y los enemigos de este país y su pueblo", lamentó.

SITUACIÓN EN EL NORTE DEL PAÍS

El norte de Malí es una región convulsa con presencia de tropas francesas desde la revuelta tuareg de 2013, que rápidamente fue secuestrada por grupos yihadistas, lo que provocó la intervención militar de París en su antigua colonia.

El proceso de paz sufrió un duro golpe a mediados de enero, tras la muerte de al menos 77 personas en un atentado contra una base militar que albergaba a soldados gubernamentales y a miembros de grupos armados rebeldes --Plataforma y CMA-- que acordaron llevar a cabo patrullas conjuntas en el marco del acuerdo de paz.

Estas patrullas, a las que está previsto que se unan también militares malienses, están pensadas como germen de una reconfiguración del Ejército en el que estén integrados dichos antiguos miembros de grupos rebeldes, en el marco del Mecanismo Operacional de Coordinación (MOC).

La autoría del atentado fue reclamado por Al Murabitún, vinculado a Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). El grupo, dirigido por el yihadista argelino Mojtar Belmojtar, ha llevado a cabo en los últimos años varios atentados de gran magnitud contra objetivos civiles y militares en el norte de Malí y en otros países africanos.

Tras el atentado, el presidente de Malí, Ibrahim Boubacar Keita, hizo un llamamiento a aplicar en su totalidad el acuerdo de paz, pidiendo que el ataque no impacte negativamente en este proceso.

"El acuerdo de paz no tiene ninguna alternativa creíble y positiva para la población", dijo, al tiempo que solicitó "que se muestre aún más voluntad, valor y convicción para aplicarlo".

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